Dentro de apenas un mes estaremos estrenando otro “libro”(año) de 365 hojas en blanco para que escribamos en ellas lo que podamos o queramos. Pero no podemos dejar la revisión de todo lo vivido para el último día, así que se puede empezar ya a revisar algunas cosas, al menos esas que sabemos que no cambiarán en el tiempo que resta.
Este año he tenido que replantearme el modo de recuperarme con mis fuerzas y la vigilancia de una sola persona, puesto que aquellas en las que siempre esperé que estarían a mi lado, han desistido y desparecido.
Eso me lleva a decir a esas otras personas con las que me relaciono, pero que están como yo, que aprendan a hacer las cosas por su cuenta.
El mundo nos romperá el corazón, aunque no creo que nadie sea capaz de explicarlo. Ya sabemos que la vida no es justa, desde nuestra visión, pero está claro que hemos de afrontar sus golpes y seguir adelante. Hemos de reconstruir el corazón muchas veces y volver a confiar en las personas. Debemos seguir soñando e inventándonos ilusiones, porque si no, ¿qué sentido tendría el esfuerzo e incluso las ganas de vivir?.
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