“La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”
(Gabriel García Márquez)
Uno tiene una edad y unas circunstancias personales que provocan que haya muchos acontecimientos (ambientales, sociales, personales y de otro tipo) que no importen o que importen mucho menos que antes.
Por de pronto no tengo que aclarar a nadie lo que soy o he sido, lo que hago, si quiero o me quieren o me odian, sino que solo debo dedicarme a seguir lo mejor que pueda, haciendo el menor daño posible a mi alrededor.
A estas alturas tampoco tiene uno tiempo para algunos arrepentimientos. Creo que me he portado lo mejor posible con las personas que me he ido encontrando en el camino, aunque esas personas no lo hayan valorado o lo hayan interpretado de otro modo (y mira que he repasado los recuerdos en ese tema). Desde ese punto de vista creo que NO HE PERDIDO A NADIE en el camino, sino que ME HAN PERDIDO.
No puedo hacer mucho, pero alguna vez alguien dijo que para ser fuerte no era necesario levantar mucho peso y creo que es verdad, que con levantarse uno… ya es suficiente para demostrar fortaleza.
Y en esas estamos.
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