Dicen, creo que con razón, que todo en la vida tiene su “tiempo”, que a veces las cosas nos van bien y otras nos van mal, pero que no hay que preocuparse, porque ni lo uno ni lo otro son para siempre, que todo tiene su fin.
Esas mismas mentes apuntan que, para ayudar a que las cosas buenas duren más hay que aprender a irse de algunos lugares, a alejarse de alguna personas y a cerrarnos a algunas influencias. Vamos, que hay que quererse uno mismo.
La medicina que se propone para las cosas malas es el agua salada, dicen los sabios con experiencia que agua salada tienen el SUDOR, LAS LÁGRIMAS Y EL MAR. No sé cuál es el modo de aplicación de todo ello.
Per sé que todos se olvidan que romper el ”tiempo” significa que dominamos EL OLVIDO, EXTRAÑAR A LAS PERSONAS y que olvidar o extrañar es renunciar a las personas, a no volverlas a ver ni escuchar, a no poder abrazarlas y a tragarnos todo lo que vamos acumulando dentro para compartir.
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