LA DESILUSIÓN ES BUENA
A veces la desilusión es buena porque te hace poner los pies sobre la tierra, ver la realidad, dejar la ensoñación.
Todos sabemos que hay una delgada línea entre perder el orgullo y perder la dignidad. El orgullo se pierde cuando no se quiere perder a alguien a quien estimas. La dignidad la perdemos cuando decidimos dejar de querernos, arrastrados por la persona que no nos considera.
Este poema de MIGUEL HERNÁNDEZ nos viene que ni pintado en esta ocasión:
No admito, amigos, no quiero
ese consejo prudente.
Paciencia la suficiente,
pero no la del cordero.
No puedo aceptar un daño,
aunque me llegue de rey,
ni con razón de buey
ni con alma de rebaño.
Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir
cuando la hora me llegue,
en los venenos del pueblo
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
y un solo trago la muerte.
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