HAY QUE DECIR LO QUE SE PIENSA (Y PENSAR LO QUE SE DICE)
Siempre he creído que expresar lo que realmente se piensa sobre un tema o situación, ofrece grandes beneficios para tu autoestima y relaciones personales, sobre todo si se piensa lo que se dice.
En algún lugar de las redes encontré una frase que quiero resaltar: Me cae bien la gente que habla TRES IDIOMAS: DE FRENTE, DIRECTO Y SINCERAMENTE. y con ellas quiero comenzar esta entrada
Es cierto que a la hora de decir lo que piensas hay que establecer ciertas cautelas (ahora se dice “líneas rojas”) porque la libertad de uno acaba donde empieza la del prójimo y no hace falta herir para expresar nuestra opinión.
Ahora bien, algo que nunca debemos perder de vista en nuestras brújulas emocionales es que decir siempre la verdad sobre nuestros pensamientos, juicios y opiniones tiene un límite: el del respeto personal, la consideración y la empatía.
Decir la verdad a veces puede traer sufrimiento, lo sabemos, pero si ese dolor momentáneo ayuda a que la persona que tenemos en frente crezca y asuma una perspectiva con la cual madurar y mejorar la convivencia, habremos hecho algo positivo.
Según la publicación de referencia, estos serían algunos de los beneficios de decir lo que se piensa (pensando lo que se dice)
- Si dices lo que piensas duermes mejor por la noche
- Mejora tu autoestima
- Fomentas el respeto
- Eres una persona empática
- Ves los conflictos como oportunidades
A diferencia de otras personas, quienes saben decir lo que piensan, la mayoría de las veces buscan soluciones y oportunidades a los grandes conflictos.
Su seguridad las hace llevar por buen camino cualquier problema que se les presente, salir fortalecidas y aprender de lo ocurrido.
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