LA VERDAD
Estoy seguro que la verdad la buscamos todos para dotarnos de seguridad, pero que sólo existe para los principios matemáticos y físicos en general y con algunas excepciones. En cambio no puede existir y de hecho no existe para la vida, como ya estableció Platón en tiempos que ahora nos parecen lejanísimos.
En la vida hay cosas que son más poderosas que la verdad, pues ésta puede ser suplantada por la ilusión o la imaginación, también por la esperanza o los mismos deseos. El caso es que cada uno tiene “su” verdad y con ella camina, se esfuerza, debate, justifica sus decisiones y traza el camino a seguir.
Si además se encuentra con otras personas que participan de su visión, de “su verdad”… ese camino será mucho más llevadero, más fácil, más agradable, más hermoso…., más luminoso.
No tendría que ser difícil encontrarse con personas así, a fin de cuentas todos participamos de lógicas parecidas y de un mismo mundo de valores y, por otra parte, no debería ser difícil contar con personas que ayudan a otras, que reconfortaran, que te hagan sonreír , que mantengan relaciones leales.
Que la verdad sirva de brújula y motor requiere de sinceridad en las relaciones (pero, antes, de relaciones, claro), de la seguridad de tener una mano a la que asirse, de personas con las que te entiendas a través de una mirada, que te emocione su sola presencia, que te respeten y no te juzguen, que sean capaces de dar la cara y mirarte de frente… eso hace llevadera la vida y asegura la verdad en los hechos y en las decisiones.
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