sábado, 26 de enero de 2019

MIRANDO DE TRAVÉS

MIRANDO DE TRAVÉS

Hay muchas maneras de ver e interpretar los hechos, sean reales o ficticios, como ejemplo de ello me atrevo a traer aquí un microrrelato del escritor argentino Marco Denevi, amante de las “deconstrucciones” históricas (él las llama “falsificaciones históricas”) . En esta ocasión el cuento está centrado en la figura de otro ilustre, Miguel de Cervantes. O quizá no tanto en él como en su magnífica obra “Don Quijote de la Mancha”.


El precursor de Cervantes

Vivía en El Toboso una moza llamada Aldonza Lorenzo, hija de Lorenzo Corchelo, sastre, y de su mujer Francisca Nogales. Como hubiese leído numerosísimas novelas de estas de caballería, acabó perdiendo la razón. Se hacía llamar doña Dulcinea del Toboso, mandaba que en su presencia las gentes se arrodillasen, la tratasen de Su Grandeza y le besasen la mano. Se creía joven y hermosa, aunque tenía no menos de treinta años y las señales de la viruela en la cara. También inventó un galán, al que dio el nombre de don Quijote de la Mancha. Decía que don Quijote había partido hacia lejanos reinos en busca de aventuras, lances y peligros, al modo de Amadís de Gaula y Tirante el Blanco. Se pasaba todo el día asomada a la ventana de su casa, esperando la vuelta de su enamorado. Un hidalgüelo de los alrededores, que la amaba, pensó hacerse pasar por don Quijote. Vistió una vieja armadura, montó en un rocín y salió a los caminos a repetir las hazañas del imaginario caballero. Cuando, seguro del éxito de su ardid, volvió al Toboso, Aldonza Lorenzo había muerto de tercianas 1.

Espero que sirva de entrenamiento para meterse en la realidad y mirar desde otro perspectiva.
  1. Tercianas: Fiebre intermitente cuyos accesos se repiten cada tres días.


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