martes, 15 de enero de 2019

UNO TIENE QUE CURARSE PRIMERO

UNO TIENE QUE CURARSE PRIMERO

Después de la entrada de ayer y como complemento de ella, creo que viene que ni pintado este escrito del blog de Javier González Sánchez, escrito el pasado día 12 de enero.

“Uno tiene que curarse primero. Te andan obligando a disfrutar el momento, a soltar lo que te hace mal, a dejarte fluir con las circunstancias y a entregarle todo al Universo para que suceda lo que convenga. Uno primero tiene que curarse.

(…) A nadie deja de sangrarle la herida por poner las patas en el agua y acariciar al perro mientras se les agradece la existencia a las tostadas que comemos todas las mañanas.

La gente pide magia para que no duela y entonces se lo cree, y después los ves por ahí sintiendo culpa por no tener los huevos necesarios para salir a bailar y reírse a carcajadas mientras acaba de enterrar en el medio del pecho al amor de su vida. Termínenla.


La gente rota guarda pedazos de vida que necesita sanar. Necesitan abrazos que se acomoden como mantas capaces de apretarles bien los cuerpos hasta que dejen de supurar. Tienen que dejar de supurar. Tienen que sanar. Están lastimados, no son tontos.

No necesitan escuchar lo que hace rato están tratando de hacer y no pueden. A veces no se puede, no se puede. Es que la vida a veces duele. Duelen las pérdidas, los desengaños, los desencuentros, los abandonos, las decepciones, los sueños frustrados, las promesas incumplidas. Duele. Todo eso duele.

Entonces antes de meter las patas en el agua y sacarse una selfie acariciando al perro, tienen que sanar. Y para sanar hay que saber frenar. Mirar lo que nos sacudió el cuerpo y frenar. Frenar para ver, para entender, para reconstruir, y también muchas veces para terminar de destruir.

Córtenla con esas tonterías de que el que no se anima no es valiente, agitando esa pseudo-libertad que se supone hay que poner en marcha porque mañana puede ser que se termine el cuento. Dejen de molestar a la gente que está haciendo su duelo, que se está encontrando con su pena, con su soledad y sus vacíos. Respeten.

(…) Todos sabemos que a veces simplemente no se puede. No se puede. Esa gente se está sanando. Se está enfrentando a sus fantasmas y a sus tormentas porque para poder salir a bailar con la música a todo lo que da, primero hay que saber curarse.

Eso es la vida. Asumirlo es el paso necesario para poder pararse cuando se pueda y como se pueda. No apuren a la gente. Dejen que se curen, y después quizá sí, con menos dolor, con la herida ya sanada y con el cuerpo más liviano, que pongan las patas donde las quieran poner, que cumplan esa cuenta pendiente por hacer, que llamen a quien tengan que llamar, perdonar a quien no pudieron perdonar y que si se les da la gana agradezcan al Universo por todo lo que les da.
Pero dejen que la gente se sane. Dejen que se curen.”


FUENTE: Lorena Pronsky, compartido del blog "Consejos del conejo"

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