El 20 de marzo fue declarado por la ONU (el 12 de marzo de 2012) “Día de la Felicidad”, y debía servir “para reconocer la importancia que tiene la felicidad y el bienestar dentro de las aspiraciones vitales de los seres humanos que habitan el mundo”.
Algunos autores defienden que la felicidad no es algo que se pospone hacia el futuro, sino algo que se diseña para el presente, mientras que nosotros hemos dejado anotado en otras entradas que la felicidad es una búsqueda, un camino, una forma de recorrer la vida.
En cualquier caso, la felicidad se ha convertido en una moneda de cambio, casi en un derecho, pero desde el punto de vista individual y de consecución de aquello que apetece o se plantea como necesario en cualquier momento.
Ha dejado de ser una CONQUISTA, algo que se logra con esfuerzo, con disposición personal. Hoy se considera que el pasado es una carga, no un camino.Por eso mismo la felicidad se mide en el momento, en el presente y es consecuencia de la capacidad de cada uno de crearse un clima adecuado, sin que para nada intervenga el contexto.
En ese sentido va unida a la libertad individual, está claro y a todos los actos de la vida: imaginar, soñar, diseñar planes, tener ilusiones, amar…, vamos, todo lo que se puede hacer y conseguir en el momento o cerca de él.
El pasado, los recuerdo o las experiencias son vistas como impedimentos, por lo que la lección que parece prevaler es que HAY QUE VIVI: EL PRESENTE.
No es extraño que se recomiende reflexionar, aislar las preocupaciones o plantearse objetivos simples y cercanos, así como practicar tareas o adquirir costumbres saludables y tener al lado personas con capacidad positiva.
La psicóloga Marina Bassas, miembro del Top Doctors recomienda cosas como estas para vivir feliz:
- Control emocional
- Ser intelligentes
- Evitar los pensamientos negativos o creencias limitadoras
- Evitar el miedo
- Perdonar
- Aceptarse
- Reconocer el “ego” y la “conciencia”
No sé si es es así la cosa o si la hemos puesto así para facilitarnos el esfuerzo, pero algo habrá que hacer, que por probarlo no pasa nada.
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