Hay ratos para todo, por más que en todos siga imperando, por encima del resto de cuestiones, la memoria, como venimos repitiendo con insistencia rayana en la pesadez.
Recuerdo ahora un viejo libro de Hunter S. Thompson, publicado en 1971 con el titulo Miedo y asco en Las Vegas, que anotaba algo que va muy bien en los tiempos que corren:
“En una sociedad bloqueada en la que todo el mundo es culpable, el único crimen es que te cojan. En un universo de ladrones, el único pecado definitivo es la estupidez”.
Y me viene a la cabeza porque creo que esa es nuestra situación social o político-social en estos momentos.
Pero ya estoy cansado de tanto túnel, de tanta crisis (la real y la ficticia, ese saco donde echamos todo lo que no queremos hacer o nos vemos incapaces de afrontar), de tanta cabeza hueca, de tan poca transparencia (menor en la que más la pregonan), de tanta falsedad. Efectivamente TODOS somos culpables y estúpidos.
Pero nadie puede volver atrás y comenzar de nuevo, aunque todos deberíamos esforzarnos a empezar a reconstruir para lograr otro camino o, a la larga, otro final.
Mientras… habrá que vivir el hoy sin el peso de ayer y sin la ansiedad del futuro, lo cual es luchar por un equilibrio casi imposible, sobre todo sabiendo que somos solo memoria y que el futuro… sabemos que no está en ella.
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