EN BUSCA DE FELICIDAD (SEGÚN ARISTÓTELES)
Cuando se trata de alcanzar la felicidad, la mayoría de las personas se preguntan: “¿Qué debo hacer?”. No es extraño, imbuidos como estamos en la cultura del hacer y la ocupación plena del tiempo hasta que no quede ni un minuto libre. Los grandes filósofos, sin embargo, se preguntaban: “¿Qué clase de persona debería ser?”.
Muchos grandes pensadores solían recurrir a la ética de la virtud en busca de respuestas. Aristóteles, uno de los filósofos más influyentes de todos los tiempos, desarrolló un sistema integral sobre la virtud que podemos poner en práctica perfectamente en los tiempos modernos para alcanzar un estado de equilibrio emocional y paz interior en el que florezca de manera natural la felicidad.
De hecho, su sistema de ética de la virtud está especialmente pensado para ayudarnos a alcanzar la “eudaimonia”, una palabra muy interesante que normalmente se traduce como “felicidad” o “bienestar” pero que en realidad significa “florecimiento humano”.
Eso significa que Artistóteles pensaba que la felicidad es un resultado de una manera de vivir y de una forma de ser, que llega cuando somos capaces de desarrollar nuestras potencialidades como persona y construir un “yo” sólido. ¿Cuál es esa manera de vivir?
Aristóteles pensaba que el secreto se hallaba en el equilibrio, una idea que se relaciona con otros sistemas filosóficos como el budismo. Este filósofo pensaba que una vida de abstinencias, carencias y represión no conduce a la felicidad ni a un “yo” pleno. Pero una vida hedonista tampoco es el camino ya que los excesos suelen generar una forma de esclavitud hacia el placer, generando al final un vacío existencial.
“La virtud es una posición intermedia entre dos vicios, el uno por exceso y el otro por defecto”, escribió. Y para desarrollar la virtud, simplemente debemos aprovechar todas las oportunidades que se presentan ya que no se trata de conceptos teóricos sino de actitudes, decisiones y comportamientos que deben guiar nuestra vida.
En la Ética a Nicómaco, el libro más conocido de Aristóteles ,escrito en el siglo IV a. C., enumera las virtudes que deberíamos desarrollar para alcanzar la eudaimonia o bienestar humano:
1. Apacibilidad. Es la capacidad para controlar nuestro temperamento y las primeras reacciones.
2. Fortaleza. Es el punto medio entre la cobardía y la imprudencia..
3. Tolerancia. Es el equilibrio entre el exceso de indulgencia y la intransigencia.
3. Generosidad. Es el punto medio entre la mezquindad y la prodigalidad, se trata de ayudar a los demás pero sin entregarnos tanto que nuestro “yo” se diluya.
4. Modestia. Es la virtud que se encuentra en el punto medio entre no darse el crédito suficiente por los logros alcanzados debido a una baja autoestima y tener un ego desmesurado que nos haga pensar que somos el centro del universo.
6. Veracidad. Es la virtud de la honestidad, que Aristóteles sitúa en un justo punto medio entre la mentira habitual y la falta de tacto para decir la verdad.
7. Gracia. Es el punto medio entre ser un bufón y ser tan antipático que resultamos rudos. Es un saber estar, de manera que los demás disfruten de nuestra compañía.
8. Sociabilidad. Mucho antes de que los neurocientíficos descubrieran que tenemos que escoger a nuestros amigos con cuidado porque nuestro cerebro terminará pareciéndose al suyo, Aristóteles ya nos advertía del peligro de ser demasiado sociables con demasiadas personas, así como de la incapacidad para hacer amigos. El filósofo creía que debemos elegir a nuestros amigos con cuidado pero que también debemos cultivar esas relaciones.
9. Decoro. Es el punto medio entre ser demasiado tímido y ser desvergonzado.
10. Justicia. Es la virtud de tratar justamente con los demás, a medio camino entre el egoísmo y el desinterés total.
Lo más interesante de la propuesta de Aristóteles es que hay espacio para el error, para equivocarnos, aprender y mejorar sin sentir por ello que somos malas personas o que no lo lograremos.
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