DESCRIPCIÓN DEL OLVIDO
Vivir, en algunas circunstancias, exige echar mano del recuerdo y repasarlo una y otra vez, como si, enganchándonos a él, volviéramos a vivir lo ya vivido.
Hacerlo supone algunos riesgos, pues no todo permanece tal y como pensamos que fue, ni todo queda igual una vez superado, ni todo sirve para sacar fuerzas de esos recuerdos.
A veces, bastantes veces, hay que recurrir también al olvido para dejar el lastre que muchas vivencias han ido dejando en nosotros de las que es preciso desprenderse para poder seguir.
Hoy nos toca poner en evidencia EL OLVIDO y lo haremos de la mano de alguien que también gusta usar de las redes sociales: Nacho GONZÁLEZ.
DESCRIPCIÓN DEL OLVIDO
Yo creía que el olvido era esa carta
que llega hasta el buzón de la memoria
donde ya nadie habita,
la tinta desvaída que, hace tiempo,
puebla los cementerios
de las fotografías de la infancia.
la tinta desvaída que, hace tiempo,
puebla los cementerios
de las fotografías de la infancia.
Una casa que ya no es una casa
sino una triste ruina, alguna calle
que ya no recorremos, donde el tiempo
ha borrado farolas y portales
que antaño cobijaron nuestros sueños
y esa vieja escalera en la que, juntos,
aprendimos los mapas y los ríos
por los bordes precisos de tu cuerpo.
Y ahora sé que el olvido es esta muerte,
pequeña, indiferente, de los días
en que ya nadie acude a la llamada,
sonora y luminosa de la lluvia,
la flor inmarcesible de una herida
que no se cierra nunca.
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