domingo, 31 de marzo de 2019

ME SIENTO ASÍ

ME SIENTO ASÍ

Llevo unos días bastante “perjudicado” por esas “averías” que me persiguen o me empujan, según se mire. Ellas (las “averías”) hacen que casi no sea dueño ni de mi cuerpo, que más pareciera un monigote roto que otra cosa. 

En situaciones así hay que expresarse con ayuda y hoy la he encontrado en EDGAR ALLAN POE. Podía haber sido otra la elección seguramente, pero esta es la que me ha parecido que se ajusta más y mejor a lo que quisiera decir hoy.


"El día más feliz  (Edgar Allan Poe)

  El día más feliz, la hora más dichosa, los ha
conocido mi corazón agotado y marchito; pero
siento que ha desaparecido ya mi más alta esperanza
de orgullo y de poderío.

  ¿He dicho de poderío? Sí. Pero desde hace
largo tiempo, ¡ay de mí! Se han desvanecido
los bellos ensueños de la juventud; han pasado
ya: ¡dejémoslos que se desvanezcan!

  Y tú, orgullo, ¿qué haré de ti ahora? Otra
frente puede bien heredar el veneno que me
has dado. Que por lo menos mi espíritu permanezca
tranquilo.

El día más hermoso, la hora más feliz que mis
ojos hayan visto y hayan podido ver jamás,
mi más brillante mirada de orgullo y de poderío,
todo eso ha existido pero ya no existe; yo
lo siento.

  Y si esa esperanza de orgullo y de poderío
me fuera ofrecida ahora acompañada de un
dolor semejante al que experimento, no quisiera
revivir esa hora brillante.

  Porque bajo su ala llevaba una oscura
mezcla y mientras volaba, dejaba caer una
esencia todopoderosa para consumir un alma que

tan bien la conocía.

sábado, 30 de marzo de 2019

CAMBIAR

CAMBIAR

Dice la esperanza: Un día
la verás, si bien esperas.
Dice la desesperanza:
Sólo tu amargura es ella.
Late, corazón... No todo
se lo ha tragado la tierra
.
(A. Machado)

En el sentido que se quiere expresar aquí cambiar sería modificar, sustituir, alterar una condición.

En el mundo tan sutil o delicado, tan dado a mirar solo las formas, a dar más importancia a lo exterior, a las palabras, que al interior y a los significados como el que vivimos, pareciera una acción necesaria y lógica, vamos, hasta obligatoria. Vivimos en el placer de la incertidumbre sin más referente que el ombligo de cada uno.


Pero cambiar o mantenerse en un rumbo supone siempre tener un referente, tener un objetivo, tener una idea de uno mismo al menos. Y es que las cosas de la vida comienzan a cada  momento, es cierto, pero lo hacen desde unos referentes, algunos de los cuales son inmanentes, esto es, marcan la esencia de nuestro seguir, sea cual fuere el rumbo.

Es fácil defender el cambio si se cree que cada uno dirige el destino, si no se tiene nada a lo que aferrarse, ni creencias ni esencias, sino se tiene nada que defender… si se cree que la libertad está en eso, en el cambio.


Todos piensan en cambiar a los demás, más aún, en que los demás cambien, pero pocos piensan en cambiarse a sí mismos señalando su esencia.

viernes, 29 de marzo de 2019

MÁS DUDAS

MÁS DUDAS

Nos gustaría repetir aquí la reflexión y las dudas, que iniciábamos en otro momento en alguna de las entradas de nuestro blog, ante la creencia psicológico-médica, predicada y acogida con gozo, de que todos somos inteligentes y capaces, que es el sistema; los demás y la “TOZUDEZ” del entorno es lo que impide que lo podamos ejercer y obtener así todo lo necesario para ser felices sin que nadie ni nada nos moleste, porque esas esencias que nos adornan nos dan derecho a todo.

Es cierto que el sistema educativo nos “frena”. Por un lado porque es fácil tacharlo de “tranquilizante”, pues permite repetir algún curso, pero es tremendamente difícil saltarse uno (porque todos somos inteligentes, pero todos IGUAL de inteligentes); también porque el “orden” requerido en el sistema es el año de nacimiento. Esas “reglas” hacen que el sistema educativo sea visto como algo homogeneizador,  en el que solo algunos se salvan, vaya usted a saber por qué…; la mayoría andamos por el sistema como podemos (a trancas y barrancas) y fuera, por lo mismo, de abrirnos camino digno en el discurrir de la vida.


La mayoría ha de conformarse, hemos de conformarnos y esperar que, en todo caso, aparezca un golpe de suerte, una especie de “hada madrina” o lo que sea, que nos saque de la mediocridad. Pero es que partimos de una base errónea, en la medida en que la capacidad de ejercer la INTELIGENCIA, de mostrar el TALENTO se realiza en el medio social (para el que no estamos preparados, porque en él solo habitan enemigos) y no hemos aprendido a convivir con ellos, nos frustramos.

Que nadie se llame a engaño, estas dualidades entre el individuo y el entorno dan lugar a muchas cosas más allá de la pura convivencia, generan ideología, valores, actitudes, comportamientos…. y muchos lemas de esos que se gritan en cualquier manifestación: la tierra es de todos, el sol también, el agua ni te cuento, las fábricas van mal porque tienen directivos descabezados (lo cual puede ser cierto).

Tanto es así que hasta personas bien dotadas (en principio) confunden capitalismo con liberalismo y el comunismo como lo contrario de ambas posturas. O confunden al individuo con el conjunto social o al conjunto social con el territorio. Si fuera por lo que dicen los líderes políticos, sin que antes tuviéramos datos sobre su filiación, no sabríamos de qué partido son (pero eso no es preocupante, ellos tampoco, ellos son de esa mediocridad que solo quieren el poder, pero sin los “adornos (inteligencia y talento) de los que hablábamos antes.


Un problema serio es que la sociedad no haya creído nunca o casi nunca que la escuela pueda dar todo, pero NUNCA ha creado otros medios para que los niños y jóvenes posean o vivan en contextos sociales, sin que eso suponga crear grupos diferenciados y excluyentes (que de eso sí que hay).

jueves, 28 de marzo de 2019

MIGUEL HERNÁNDEZ: (+28 de marzo de 1942)

MIGUEL HERNÁNDEZ: (+28 de marzo de 1942)

Es un día especial para recordar a Miguel Hernández Gilabert, muerto de tuberculosis a los 32 años en la prisión de Alicante.


¿No cesará este rayo que me habita 
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?

¿No cesará esta terca estalactita
de cultivar sus duras cabelleras 
como espadas y rígidas hogueras 
hacia mi corazón que muge y grita?

Este rayo ni cesa ni se agota:
de mí mismo tomó su procedencia
y ejercita en mí mismo sus furores.

Esta obstinada piedra de mí brota 
y sobre mí dirige la insistencia
de sus lluviosos rayos destructores.


(El rayo que no cesa)

MAL VAMOS

MAL VAMOS

Tantas voces, tantos desatinos políticos, tanto jugar al desgaste de unos partidos contra otros, tanto cambio de estrategia, tanto teatro en las posiciones, tanta mentira, tanto gesto vacío, tanta crítica y, sobre todo, TANTA FALTA DE PROPUESTAS creo que tienen al personal adormecido, como si hubieran respirado cloroformo.

Nadie cree en nada, todos generalizan, incluso cuando “pasan” del tema, todos están hartos y ya hasta la tertulias resultan poco atrayentes (si es que alguna vez lo fueron, que supongo que sí, por su proliferación).


El último Congreso (el nº 39) del antiguo PSOE fue la guinda que coronó el pastel. Y, desde entonces, todos andan medio escondidos, mientras la espada cruel del coronado jefe sigue colocando a todos en fila. Pero ni eso ha hecho reverdecer los ánimos ni ha sacado del letargo a los ciudadanos.

No hay partido que haya hecho un planteamiento, no ya nuevo, sino afectivo, para atraer al público. Y así, todos nos damos por perdedores. Emocionalmente estamos perdidos y, lo peor, sin rumbo, sin esperanza de que las cosas cambien.


Somos o nos hemos convertido en la caricatura de nosotros mismos. Vivimos enfadados, tristes, desesperados… rabiosos… y todo lo contaminamos con esos pensamientos, de tal modo que pareciera que hemos inventado una enfermedad colectiva: LA DEPRESION NACIONAL.  

miércoles, 27 de marzo de 2019

COMPLETANDO ENTRADAS

COMPLETANDO ENTRADAS

En este lugar en el que voy dejando, como “miguitas de pan” mi paso por la vida, he hablado del “POBRE SER HUMANO” para poner en evidencia que el valor individual no es casi nada sin el contacto social.

En este blog no tenía la intención de entrar en temas así, pues su objetivo era otro, pero a veces los temas nos arrastran sin que podamos evitarlo y esa es una de esas ocasiones.


A veces lo “humano”, en su ámbito individual, nos destruye, queramos o no. Continuamente procesamos e interpretamos las vicisitudes de la vida, lo que hacemos ante ellas, nuestras relaciones, las opiniones que nos vamos haciendo de todo cuando acontece a nuestro alrededor y no es que todo eso nos afecte, sino que sentimos algo ante todo ello que acaba haciéndonos erosionables por mil y una pequeñas cosas que, vistas una a una, no merecen ninguna atención.

Tenemos argumentos, tácticas e instrumentos para ganar en esa lucha de cada uno con nuestro “entorno”, pero hay algo que nos hace fáciles presas de la destrucción paulatina. Creo que es el CONFORMISMO. 

Al final aceptamos el entorno, la realidad misma como un lugar al que llegar, como algo que hemos logrado o conquistado incluso, no como un desafío, no como algo que podemos cambiar o que podemos eludir. Es como si la adversidad, vaya, los problemas del “medio” que nos parecen eso, adversidades, son una PENITENCIA que hemos de cumplir y eso es lo que acaba destruyéndonos.


Triste caminar. 

martes, 26 de marzo de 2019

CERRAR CICLOS

CERRAR CICLOS

La vida parece un recorrido por etapas, etapas que no solo vienen marcadas por la edad o cuestiones de la biología, sino por las experiencias, esto es, por los choques con la realidad ambiental y vital de cada uno.

Muchas veces, por triste que pueda parecer, al menos en el momento de tomar decisiones, hay que acabar y cerrar etapas. Incluso las buenas etapas hay que darlas por acabadas. No pasa nada, es que HAY QUE SEGUIR, entre otras cosas porque la “cinta transportadora” que nos arrastra (el tiempo, entre otras) continúa y, con ella, la vida. No dar por acabadas esas etapas sería como intentar impedir el siguiente paso y eso, aparte de imposible, nos impediría seguir, vivir.


Esos finales de etapa, con sus “cierres” nos cambian mucho más de lo que somos capaces de reconocer. Nos cambian tanto que llega un momento en que no nos importan (al menos tanto como antes) los compañeros del camino, si siguen cerca o no, si están pendientes o no, sobre todo si en alguna de las etapas compruebas que aquellos con los que mejor has intentado portarte, son los primeros en huir.


Pero eso también es vida. Al final es el mito de Ariadna llevado a la realidad. 

lunes, 25 de marzo de 2019

SUPERAR EL DÍA A DÍA

SUPERAR EL DÍA A DÍA

La mente opera de un modo imposible de predecir (al menos por lo que conocemos hasta ahora), tanto es así que a veces intenta ayudarnos a resolver situaciones adversas y otras nos las da sin habérselo pedido.

A todos nos gusta estar bien, ser felices, estar en armonía con nosotros mismos y con el medio, pero todos nos olvidamos de las estrategias y tácticas de la mente que hacen que el asunto no sea tan fácil.

Hay que conocerse bien a uno mismo y, a la vez, penetrar en el “ser” de los demás. Para ello hemos de huir de la niebla que nos impide ver la realidad tal como es y de muchas de las enseñanzas que hemos recibido, pues nos han educado para sentirnos felices, no llorar, no estar tristes…


Por eso, aparte de conocernos a nosotros mismos, hemos de ser buenos observadores de la realidad de nuestro entorno, sin perder la perspectiva de la realidad (bien sea por afectos, prejuicios o personas implicadas). 

La mirada sobre los demás y nuestro entorno ha de ser distante, sin sentirnos personalmente afectados por el hecho de que se trate y ser críticos, aparte de no dejarse llevar por las emociones.

No podremos saber todo en ningún caso, de ahí la importancia de la observación crítica y distante, pero sí que hemos de obtener datos suficientes y útiles para tener una buena definición del hecho en cuestión.


Desde esa base quizá no tengamos respuestas, pero sí que podremos lograr la empatía suficiente como para poder salir de la crisis mental en que nos metió nuestra mente o nuestra propia vida. 

domingo, 24 de marzo de 2019

CUENTOS BREVES : EL DRAMA DEL DESENCANTADO

CUENTOS BREVES : EL DRAMA DEL DESENCANTADO

El drama del desencantado
[Minicuento - Texto completo.]
Gabriel García Márquez

…el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida”.


Así es la vida. Con el paso del tiempo y haciendo frente a nuestras circunstancias vamos cambiando nuestra concepción de la vida, del mundo, del trabajo y de los demás, hasta el punto de valorar todo ello positivamente, justo en el momento en que vamos perdiendo las fuerzas, la fe o la esperanza.


Los azares biológicos aceleran esos cambios y nos permiten tener un prisma diferente sobre el texto y contexto de cada uno. Hacer de la necesidad virtud y de las carencias un nuevo nicho de vida es entonces más necesario y lo que nos permite no querer romper con todo y abandonarnos al albur de las partes negativas de las circunstancias personales o ambientales.

sábado, 23 de marzo de 2019

EL TIEMPO Y LAS PRIORIDADES

EL TIEMPO Y LAS PRIORIDADES

He dejado escrito más de una vez que si alguien quiere, tiene tiempo y si insiste en no tenerlo es que ha optado por otras prioridades (entre las que no quepo yo) que le interesan más. Vamos, que quien dice eso del tiempo, me miente.

Estos días he tenido la sorpresa de un viejo amigo que ha dado vueltas hasta conectar conmigo. Los cambios de teléfono y de direcciones en los contactos de internet nos habían hecho perdernos en el espacio. Ambos estamos en condiciones parecidas, agravadas en su caso por su situación familiar, pero su conexión pretendía animarme.

Eso es un amigo. Relega su dolor para aliviar el tuyo. Y eso es una ayuda: me valora personalmente y me ayuda a mantener una autoestima fuerte y me ofrece (estando peor que yo) tiempo y atención, lo cual es impagable.

Si es de bien nacidos ser agradecidos, nunca podré agradecer bastante su conexión y me faltará tiempo para agradecer su prioridad.

Y es que, mientras la vida pasa, se nos va poniendo más difícil conectar con los demás o que los demás sigan teniendo interés por nosotros. Es como si de golpe nos volviéramos transparentes.


Digan lo que digan (excusas hay para todo) la atención no se debería rogar a nadie. Creo que todos somos conscientes que el paso de los años nos hace diferentes y cambiamos la valoración de las personas, las priorizaciones, el valor que damos a otras personas… Por ello abrimos más ventanas al mundo (o las cerramos a cal y canto, pues de todo hay) y ese hecho hace duro conectar con personas que no te muestran la mínima relación de afecto y comprensión.

viernes, 22 de marzo de 2019

ENTRENAR LA ACTITUD

ENTRENAR LA ACTITUD

Recuerdo las caras de algunas personas amigas (según mi criterio lo eran) cuando explicaba, de un modo llano, sincero y sin envoltorios de ningún tipo, el resultado de mis diagnósticos biológicos.

Las expresiones  directas (cara a cara) de mi confesión, me pusieron de manifiesto actitudes que ya intuía de antemano. Y recuerdo cómo, a través de las palabras escritas, las reacciones de esas confesiones en aquellas personas a las que tenía más lejos. 

En uno y otro caso hubo reacciones afables y cariñosas, consejos, incredulidades y ciertas indiferencias, pues las previsiones eran a largo plazo y seguro que podrían tener solución, porque yo era un exagerado.

Para mi era un terremoto que removía toda mi vida, vida, que la cortaba de golpe, que de pronto me veía en un largo túnel que tenía un único y trágico final.


Ni unos ni otros, en aquellos momentos, supieron juzgarme desde mis zapatos, desde mis circunstancias, aunque todos intentaran algo: animarme, quitar importancia al hecho que les ponía delante o que así es para todos, que todos acabaremos de la misma manera.

Como si yo no lo supiera, pero una cosa es saberlo genéricamente y otra tener la seguridad de que, después de pasarlo mal, mi final estaba al alcance de la mano de forma ineludible, no casual.

Algunos, muy pocos, me dijeron que yo era fuerte y que seguro que aguantaba eso y más.

Hay vicisitudes que solo se pueden analizar y juzgar desde la experiencia y ver si alguien era capaz de adentrarse en mis sentimientos, en mis entrañas. Porque ante situaciones así uno se rompe.

Esa situación no se mide por la fortaleza, sino por los sueños truncados, rotos… por dejarse caer en la paciencia, la esperanza y el vacío…  pero sabiendo que había que seguir, había que resistir a pesar de todo, incluso contra toda esperanza.

Cierta angustia y el dolor no han desaparecido desde aquel momento. Mientras ha aumentado la tristeza y la impotencia, la dependencia y la inseguridad y ha aparecido la soledad.


Han desaparecido de mi entorno algunas de esas personas con las que compartí los primeros momentos y, desde entonces o un poco después, ni me atrevo a contar mi evolución, mis miedos o mis angustias. Al final queda la soledad de la persona contra el destino y cambiar las actitudes ante la vida y las personas. 

jueves, 21 de marzo de 2019

QUIEN QUIERE ESTAR EN TU VIDA, ESTÁ EN TU VIDA

QUIEN QUIERE ESTAR EN TU VIDA, ESTÁ EN TU VIDA

Muchas veces cerramos los ojos a lo que no queremos ver, nos negamos a reconocer qué es lo que realmente ocurre cuando recibimos las excusas de aquellos que en realidad no desean dedicarnos su atención, ni su tiempo.

La realidad es que por apretada que esté la agenda, por más que existan limitaciones, cuando alguien quiere estar presente, está. Y esto no solo engloba la presencia física, también el acompañamiento moral, el soporte a distancia, la atención cotidiana, que no requiere de una logística particular para manifestarse.

Todos somos libres de actuar de acuerdo a nuestras elecciones, incluyendo a las personas que quisiéramos cerca, sin embargo, resulta inteligente sencillamente aceptar cuando alguien tiene intenciones de formar parte de nuestra vida y cuando no.

Siempre habrá quien quiera tenernos como prioridad, aun cuando no ubiquemos mentalmente a esa persona. 


Obviamente eso no quiere decir que para nosotros alguien que no logra despertar interés se convertirá en nuestra prioridad por reciprocidad. Lo que queremos resaltar es que de eso se tratan las interacciones de la vida, algunas veces buscamos a la persona equivocada y otras veces a quienes no les damos mayor importancia, nos busca.

Debemos aceptar las dinámicas de la vida, sin drama, solo conscientes de que en algún momento coincidiremos en nuestras preferencias y los eslabones se unirán. Pero lo que no es posible es quedarnos esperando que una persona en particular, que ha establecido sus prioridades de acuerdo a sus intereses, actúe de una forma particular con nosotros, tenga gestos que sabemos que no tendrá o tenga presencia donde no quiere tenerla.

Por el contrario cuando alguien apuesta por nosotros, se hace sentir, se hace notar y sea cual sea el ámbito en el cual se relaciona con nosotros, nos ubicará de forma tal que se torne evidente las ganas de formar parte activa en nuestras vidas.

No desgastes tus energías en quien no lo valora, esto no hace mejor o peor a la otra persona, solo te ubica en una realidad, a fin de cuentas eres tú quien decide finalmente quién entra y quién sale del círculo de tus afectos.

No esperes nada de nadie y evitarás frustraciones, prejuicios y decepciones, permite que la vida te sorprenda con personas maravillosas que sin forzarlas, sin presionarlas y sin excusas quieran formar de manera espontánea parte de tu vida.


Tomado, tal cual, de este lugar

miércoles, 20 de marzo de 2019

A VECES… NOS HACEMOS FALTA

A VECES… NOS HACEMOS FALTA

En muchos momentos del camino uno siente que no está para nadie, que las pocas fuerzas de que dispone son para uno mismo, porque NOS HACEMOS FALTA.

Necesitamos de los demás unas veces, es cierto, pero a veces uno ha de escucharse a sí mismo, remendar lo necesario, eliminar los flecos innecesarios, las ilusiones rotas.

Eso justifica (a mi entender y en mi caso) el que queden mensajes sin responder (cada vez menos, porque cada vez me llegan menos), el que mi teléfono permanezca apagado o que eluda pasear por las redes. NO desprecio a nadie que se acerque a mi (bien lo saben las personas que lo hacen), pero todas esas personas deben entender que a veces uno necesita pasear (mentalmente) con uno mismo, incluso para no depender tanto de los demás.


Nuestro estado y la necesidad de contacto hacen que nuestros pensamientos, nuestras inquietudes, nuestras filias y nuestras fobias… todo…queden como algo pendiente para más adelante, porque no lo consideramos importante

Vivimos en una sociedad tremendamente demandante y hacemos que sea verdad esta cita de Benjamin Franklin: “Hay tres cosas extremadamente duras: el acero, los diamantes y el conocerse a uno mismo

Nuestros ojos cansados pueden leer las necesidades ajenas pero son incapaces ya de descifrar las propias… Todo parece borroso, todo se ha hecho un ovillo que se enclava ahí, en nuestro corazón y nuestra mente como si algo fallara, como si algo no fuera bien y no supiéramos qué es…” (tomado de nuestra “fuente”)

Sabemos poco de lo que necesitamos, pero intentamos adentrarnos en lo que necesitan los demás, como si eso nos redimiera de algo. Mientras, nuestro camino nos obliga a andar por recorridos peligrosos o duros y casi nadie sabe de nuestros esfuerzos, de nuestras renuncias…  De ese modo el esfuerzo pierde su significado

Sólo nos convertimos en lo que somos a partir del rechazo total y profundo de aquello que los otros han hecho de nosotros” (Jean-Paul Sartre)



martes, 19 de marzo de 2019

LA LUCHA Y LA CONQUISTA

LA LUCHA Y LA CONQUISTA

Uno busca lecturas que le ayuden a ubicarse o a agarrarse a algo con sentido, sobre todo cuando la vida parece que se ha parado y uno pierde la perspectiva del camino que sigue.

Es cierto que cada día seguimos ritos cuyo motivo no es otro que el de “aguantar” más o menos “equilibrados”, más o menos en “armonía” con nuestra biología y entorno. Pero casi siempre olvidamos la intervención de variables extrañas o no tomadas en consideración que nos hacen confundirnos.


Un error general de muchas personas es confundir la felicidad con el éxito. Y, en mi caso, la felicidad con la superación de una crisis. Eso ocurre porque queremos que todo esfuerzo traiga consigo un resultado inmediato, pues en caso contrario pareciera que estamos perdiendo el tiempo y flagelándonos sin sentido alguno.

No conseguir ese equilibrio, esa armonía, nos angustia y nos ahonda aún más en la impotencia, en la desesperanza, porque realmente nuestro esfuerzo lo vemos vacuo, incapaz de conseguir nuestro objetivo.

No pensamos que es esa lucha, esos ritos… lo que nos mantiene. A veces los objetivos tardan en conseguirse, pero, quizá por eso mismo, hay que persistir, por más que el camino nos parezca desagradecido.