martes, 6 de noviembre de 2018

LOS DESEOS… QUE NUNCA SE SATISFACEN

LOS DESEOS… QUE NUNCA SE SATISFACEN

Mientras queden estrellas, 
podemos seguir pidiendo deseos…


El 30 de abril de 2018 dejamos una entrada en nuestro blog que decía cosas en las que hoy quisiéramos insistir.

“Esta vida es como vivir en tiempo de tormentas, es más, se muestra como una tormenta. Se sabe que va a terminar en un momento u otro y que, cuando lo haga, no recordaremos como logramos pasar por ella, cómo hemos llegado a esperar la siguiente, cómo hemos sobrevivido, es más, no sabremos nunca si la tormenta ha terminado (las tormentas que nacen y se desarrollan en la biología y no en la climatología son difíciles de describir con palabras y aún más de predecir). Sé que cada tormenta, a pesar de todo, se lleva tanto de nosotros que, al final no sabemos si seguimos siendo los mismos. Quizá por eso pensamos que hemos atravesado una “tormenta” 

El sabor que queda de cada una es una mezcla de tristeza, amargura, enojo, desesperación, dolor, ansiedad, impotencia, depresión, enfermedad…. Y todas esas cosas obligan a que, cada vez que se atraviesa por una de esas tormentas, intentemos apartarnos de algunos lugares, buscando cuidarnos o ampararnos para la siguiente, alejarnos de la gente, para protegernos y cerrar las puertas  necesarias para querernos un poco.


Son tormentas que, por otra parte, es imposible explicar, sobre todo cuando se aprecia que la gente la entiende desde su nivel de percepción o de consciencia y aún de su propia sensibilidad. También porque preocuparse por lo que los demás piensan de uno nos hace prisioneros de lo que puedas decir y de los que esas personas puedan entender.

No es fácil callarse, a veces o siempre, porque indefectiblemente llega la tristeza ante el hecho de no tener a quién contarle estas cosas, pero hay que seguir y luchar fingiendo que estamos bien.

Nadie es consciente de que quien pretenda llevar siempre la razón tiene que recorrer el camino que le lleve a entender que hay VERDADES Y RAZONES (fuera de las propias), pero que es algo difícil de que eso cale en todas las mentes. Mientras que el que anda de tormenta en tormenta no necesita convencer a nadie de nada, porque no importa cuánto se intente, ya que siempre habrá personas que nunca van a comprender nuestra historia personal, nuestras dificultades y nuestros esfuerzos”.


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