miércoles, 31 de julio de 2019

UN SUEÑO

Salas cruzadas tímidamente, 
centenares de rostros desconocidos... 
Lentamente, una tras otra,
las luces palidecen. 


Cuando su brillo se enturbia
y se apaga con el crepúsculo, 

un rostro me parece familiar: 
la nostalgia del amor encuentra
conocidos los rostros 
que otrora fueron extraños. 

Escucho nombres de padres, 
hermanos y compañeros,
también de héroes, mujeres y poetas

que yo admiré de muchacho. 
Pero ninguno de todos ellos
me concede siquiera una mirada. 


Las llamas de una vela
se desvanecen en la nada y

dejan en el entristecido corazón

el murmullo de poemas olvidados, 
oscuridad y lamentos que retornan 
sobre los días consumidos,
convertidos en leyenda y en sueño
de una luz gozada en el pasado. 


Herman HESSE 


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