En mi almacén de “cosas” recogidas” en las redes sociales me he encontrado dos que quiero unir hoy para que me sirvan de letrero en mi ventana de este blog.
La primera es de Herman HESSE: “No soy un hombre que sabe. HE SIDO UN HOMBRE QUE BUSCA, y lo soy aún; pero no busco ya en las estrellas ni en los libros, comienzo a escuchar la enseñanza que mi sangre murmura en mi.
Mi historia no es agradable, no es suave ni armoniosa, como las historias inventadas; sabe a insensatez y a locura y a ensueño, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse más a sí mismos”.
Es una entrada que me sirve de presentación, de fotografía en la primera página de mi curriculum vitae, aunque venga con palabras que no son propias.
En el discurrir de esa vida, de esa búsqueda, me han pasado muchas cosas, la última, dolorosa por demás, es la de haberme sentido RECHAZADO (no sé si más o menos que otros, aunque de un modo que me hace comprender más cosas de los “otros”).
Las palabras, insisto que recogidas en la red, aunque esta vez sin autoría, que quiero añadir para definir esta sensación de rechazo con estas:
Y qué voy a hacer.
Papá, ¿qué voy a hacer?
Si mi IDIOMA es una BARRERA.
Si mis creencias no son sus creencias..
¡Qué voy a hacer,
Papá!
¿Qué puedo hacer,
si tengo escrito FRONTERA
en el color de mi piel?
—-SER
No hay comentarios:
Publicar un comentario