Dicen que no importa lo mal o bien que lo estemos pasando, que todo lo que tenemos o nos llega tiene su tiempo, que todo lo que necesitamos en PACIENCIA (tema que hemos tratado más de una vez).
No está mal que al lado de la PACIENCIA pongamos algo de REFLEXIÓN y que sepamos dar tiempo al tiempo, aunque solo sea por eso de que todo tiene un principio y un final.
Llegados aquí no puede uno dejar de recordar a A. MACHADO y a su poema “Todo pasa y todo queda”, del que tomamos unas partes para apostillar algo que queremos poner de relieve:
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
… / …
Nunca perseguí la gloria.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
Decíamos que, ante acontecimientos que desvían el timón de nuestro discurrir por la vida, hay que poner PACIENCIA Y REFLEXIÓN. Y eso es así porque siempre hay algo que va a permanecer en nosotros, unas cosas de forma inmediata y otras un poco más tardías, una más susceptibles de racionalizar que otras. Y de todo eso hemos de aprender, porque … “no hay camino”…SE HACE.
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