Dice Heike Freire* que “al darle tanta importancia al aspecto cognitivo, a la competencia, la evaluación, etc. se pierde la capacidad de entrar en relación, el diálogo, la amistad entre las personas. Las escuelas tendrían que ser lugares donde se hacen los mejores amigos, donde se establecen relaciones profundas de compañerismo. Donde se aprende a tomar decisiones democráticamente, a pactar, a negociar… También deben ser faros hacia fuera, abrirse al entorno, a la comunidad, expandir valores ecológicos y democráticos, de respeto e igualdad entre todos los seres vivos. Un pedazo de su manera de ver la educación. ESTA ES LA ESCUELA QUE DEBERÍAMOS TENER Y NO LA DEL BILINGÜISMO Y LA EVALUACIÓN”
La frase no está nada mal, aunque sea incompleta. La escuela debe enseñar, pero eso no supone “embutir” datos, definiciones o meras repeticiones. Pensar, razonar, criticar(en el sentido científico de término), hacer nuevas propuestas, analizar los hechos desde diferentes puntos de vista, contrastar… debe formar parte de ese ENSEÑAR.
Eso no debe suponer abandonar ni el bilingüismo ni la evaluación. Ocurre que en todo el mundo conocido lo que merece la pena conocer para aplicar a la enseñanza es el bilingüismo y que la evaluación sea absolutamente necesaria PARA LA MEJORA, aunque no para enjuiciar, para ordenar, para clasificar…
De paso hay que decir que la escuela necesita de los padres, para EDUCAR a sus hijos, no para enseñar, criticar, defender, acorazar a sus hijos… y que la sociedad debe tomar en consideración a los profesores, como profesionales que son, porque en estos momento parecieran más “simples cuidadores” que otra cosa, al menos si tomamos en consideración la opinión de padres y alumnos.
Días pasados me encontré una entrada den Facebook que merece la pena ser traída este blog:
Parece ser la copia de una carta de una maestra a los padres de los alumnos de sus hijos quejándose de los deberes que manda:
“Queridos papás….. Atiendo a su solicitud de no enviar tareas para la casa, porque es de nuestra “Responsabilidad” como profesores enseñar las materias y no de ustedes, es por eso que que quiero pedirles que no manden más a la escuela niños irresponsables, faltos de respeto, sin bañarse, deshonestos, flojos y prepotentes, porque esa es su “responsabilidad” y no la deben delegar en nosotros. Gracias”.
*Heike Freire. El Club de los Libros Perdidos. 30 de agosto de 2016
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