lunes, 16 de marzo de 2020

PARA LA LIBERTAD

Para la libertad sangro, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos, 
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la liberad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo
y me desprendo a golpes de mis piés, de mis brazos, 
de mi casa, de todo.


Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada,
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan 
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo vida.


Miguel HERNÁNDEZ.

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