El día a día se convierte, las más de la veces, en uno solo, repetido eso sí, muchas veces, pero sin que sepamos distinguir uno de otro. Eso genera una zona de confort que hace más soportable el caminar por el tiempo, por más que haya que aguantar una cierta sensación de vacío, por cuanto no se pueden aportar experiencias nuevas.
Yo lo veo así, como lo describe León Felipe:
No es lo que me trae cansado
este camino de ahora.
No cansa
una vuelta sola.
Cansa el estar todo un día,
hora tras hora,
y día tras día un año
y año tras año una vida
dando vueltas a la noria.
León Felipe, POEMAS MENORES I
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