lunes, 23 de marzo de 2020

EL ESPÍRITU NUEVO

En un barrio mal afamado de Jafa, cierto discípulo anónimo de Jesús disputaba con las cortesanas.

—La Magdalena se ha enamorado del rabí —dijo una.
—Su amor es divino —replicó el hombre.
—¿Divino?… ¿Me negarás que adora sus cabellos blondos, sus ojos profundos, su sangre real, su saber misterioso, su dominio sobre las gentes; su belleza, en fin?
—No cabe duda; pero lo ama sin esperanza, y por esto es divino su amor.




Microrrelato de Leopoldo Lugones FUENTE

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