A los hombres también nos duele cuando matan, violan, acosan o lastiman de cualquier modo a una mujer o a un niño o a una niña.
La lucha, por tanto, no es de hombres contra mujeres o de mujeres contra hombres, de gente buena contra gente mala, es de actitud, es de sentirnos iguales ante todo.
Necesitamos un cambio cultural.
La Justicia tiene nombre de mujer, a la que no se puede dejar de lado. Dicen que esta dama lleva una balanza en la mano, equilibrada exactamente entre la verdad y la justicia y eso es lo que debemos aprender y aplicar.
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