miércoles, 12 de febrero de 2020

LOS RECUERDOS

Me voy dando cuenta de que el pasado (los recuerdos) nunca se va. Se esconde y aparece ante estímulos variopintos: una música, un color, un cuadro, un paisaje, una calle, un sueño, en cualquier secuencia de la vida… y se encadena a otros a su manera.

Puede que nos lleguen desfigurados por el tiempo o la intensidad del momento, pero al final todos aparecen.

Eso sí, a los recuerdos no les importa la distancia recorrida, ni los esfuerzos puestos en ese recorrido, solo va recogiendo las huellas que hemos dejado, los sentimientos que vivimos y nos impactaron… y los amigos que nos ayudaron a mantenernos.



Nunca agradeceremos bastante a quienes estuvieron a nuestro lado cuando se nos cae la vida, porque esas personas nos han dado, aparte de una señal perenne en los recuerdos, la mayor prueba de afecto, que es la que dejan lo que se quedan a tu lado cuando todos se van.


Y es que, al final, el tiempo es vida o la vida es el tiempo y ese es nuestro tesoro.

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