En alguno de esos “mantras” que circulan por ahí he leído que “Si alguien te trata mal, recuerda que el problema está en ellos, no en ti. La La gente normal no disfruta destruyendo a otros seres humanos”.
La frase queda muy “redonda” y puede servir en algunos casos, pero no creo que se presente de un modo tan evidente en ninguna relación, entre otras razones porque las relaciones llevan a adoptar diversos comportamientos y no siempre las conductas son blancas o negras.
Está claro que hay que tolerar las manías de las personas con las que nos relacionamos, so pena de quedarnos solos en medio de un desierto nada deseable. Aunque también lo es el hecho de que hay que “depurar” algunas de esas conductas e aras a conseguir sobrellevar la vida.
La psicología anda a vueltas intentando descifrar quienes son más propensos a maltratar o a ser maltratados, pero no quiero ir por ese camino. Quisiera, eso sí, poner en evidencia algunos comportamientos que nos erosionan. Por ejemplo el que alguien no asuma nunca nuestros pensamientos y sentimientos, unas veces argumentando que son emocionales o simples delirios, otras porque pertenecen a una forma de ser que no es adecuada o lo que sea.
A veces pueden ser los celos, el desprecio puro y duro o las conductas agresivas, que son más fáciles cuando una de las personas en relación está fastidiada por alguna razón.
En todo caso, hay relaciones digamos que manipuladoras y eso lleva siempre al sometimiento que, en casos como el de la personas enfermas, es especialmente grave.
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