domingo, 23 de febrero de 2020

INVICTUS

Este poema dijo MANDELA que se lo repetía cada vez que su ánimo decaía y lo hizo famoso en todo el mundo. Yo lo recojo aquí con el mismo sentido y buscando la fuerza necesaria para seguir.



Más allá de la noche que nos cubre,
negro como el pozo de polo a polo,
doy gracias a los dioses que puedan existir,
por mi alma inconquistable.

En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado, ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.

Más allá de este lugar de cólera y lágrimas,
donde yacen los horrores de la sombra,
sin embargo, la amenaza de los años
me encuentra, pero me encontrará sin miedo.

No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia,
yo soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma



WILLIAM ERNERT HENLEY (1849-1903)

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