Dicen que la grandeza de las personas está en los detalles y puede ser cierto, porque, entre otras cosas, para llegar a ellos es preciso todo un recorrido emocional casi imperceptible, pero que significa que esas personas han moldeado sus actitudes de acuerdo a todo su mundo de valores e ideología.
No todos son capaces de observar esos detalles o de darles la importancia que tienen, pero efectivamente está en esos detalles lo que las distingue de los demás.
Son, por otra parte, personas sensibles, que perciben también las características de las personas de su entorno, con las que empatizan con facilidad.
Siempre tienen tiempo para relacionarse, para escuchar… Está claro que todos somos diferentes, pero no es tan fácil admitir que los demás se sientan especiales, dentro de esas diferencias.
Son personas que respetan sus propias emociones, pero también las emociones ajenas, capaces de mejorar ellas mismas y de fortalecer las características positivas de los demás.
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