viernes, 27 de septiembre de 2019

ANTE LA INDIFERENCIA

“No renuncio a nada, simplemente hago lo que puedo para que las cosas me renuncien a mi”.

Julio Cortázar (1914 - 1984) fue un escritor, traductor (para la UNESCO)

La vida que llevo (que me toca llevar) y todo aquello que anida en mí, porque se me ha ido pegando a lo largo de mi deambular por el tiempo, me hacen pensar en esa frase de Cortázar. Soy, como él, peregrino, hecho por el camino, sin identidad fácil, hecha por el nacimiento o por el estar asentado en un lugar. Es más, los lugares y los tiempos no son más que parte del escenario de mis discurrir vital.


No me gusta en absoluto que nada me sea indiferente o quedarme como una estatua ante lo que discurre a mi lado, entre otras cosas porque creo que la indiferencia no es más que el apoyo de la injusticia, es indiferencia y, por lo mismo, inconsciencia y desconsideración, es romper con el hilo que nos une a los demás y a lo que ocurre.


No me importa llorar cuando hace falta, porque no creo que hacerlo sea una señal de debilidad, sino de estar lleno de lucha ante las circunstancias de la vida. Tampoco me importa tratar, reír o reaccionar de cualquier otra forma ante esas circunstancias, porque el final LA VIDA SI QUE IMPORTA, SÍ QUE ME IMPORTA, como me importa la vida de los que rodean mi intimidad y, porque todo eso me importa, no me gustaría que nada de ellos ni ellos mismos me sean indiferentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario