martes, 5 de febrero de 2019

DESDE OTRA PERSPECTIVA

DESDE OTRA PERSPECTIVA

En mis entradas hay tópicos que se vienen repitiendo y siempre desde MI perspectiva, que es la que mejor conozco y la que me mueve a incluirlos en lo que expongo.

No hay muchos, por más que, al repetirlos, lo parezca. Eso me hace pensar que son importantes pero también que hay que mirarlos desde más puntos de vista, para no crear bucles y para tener salidas a lo que hacen sentir o a lo que les hacen importantes para que se reiteren con tanta intensidad.

Vayamos con algunos ejemplos y quizá logre hacerme entender con más facilidad. 

Cuando alguien vive una lesión (enfermedad) crónica y degenerativa , pierde la LIBERTAD, si por eso entendemos que no poder hacer lo que les gustaría. A la vez nos hacemos DEPENDIENTES, lo que no suele gustar. Pero olvidamos que podemos ganar en FELICIDAD, si logramos establecer una secuencia de vida capaz de hacer que nos guste lo que hacemos. Con ella seremos capaces de sobrellevar mucho mejor lo que sea que nos ata.


Me he quejado algunas veces de las frases con las que solemos encontrarnos: Hay que ser FUERTES y tener PACIENCIA. Ambas son ciertas. Sin ellas creo que las consecuencias serían catastróficas. Pero al poner en evidencia ambas cualidades nos olvidamos de otras expresiones “hechas” que se reiteran con igual intensidad: ES BROMA, NO SÉ, NO ME IMPORTA Y ESTOY BIEN, dichas por otros o por nosotros mismos. En el caso que describo y que conozco, suelen ser dichas por los mismos enfermos.

Todas ellas llevan algo de verdad. Hacemos salir nuestro agrio humor con un “es broma”, pero realmente detrás de esa expresión hay un “estoy hasta las narices”. No hay verdad, sino “mentira” en la expresión “no sé”, que suele ser la respuesta a alguna cuestión técnica de nuestro mal y que indica que “mejor dejamos ese tema”. Hay sentimientos, muchos y concentrados cuando decimos “no me importa”. Claro que nos importa, pero intentamos hacer bueno cada segundo y procuramos ocultar nuestras preocupaciones y nuestros miedos. Del mismo modo hay DOLOR detrás de la respuesta “estoy bien”, cuando nos preguntan “cómo estamos”, porque la cronicidad nos lleva a estar cada día un poco peor.

Somos conscientes de todo ello y aún de más, pero las conversaciones y el contacto suelen ser cortos y muy de frases y palabras “hechas”, quizá porque sea muy difícil hacerlo de otra manera.


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