miércoles, 20 de febrero de 2019

COSAS DE LA VIDA: EL ENTUSIASMO

COSAS DE LA VIDA: EL ENTUSIASMO

En un sobre de azúcar, de esos que ponen en los bares y algunos de los cuales he ido guardando porque me llamaron la atención, figura este texto: “Cuando termina la vida de la escuela, comienza la escuela de la vida”.

Quizá sea por esa imagen que solemos conservar la imagen de niño asociada a la escuela o por esos saltos que dan neuronas, la frase me ha llevado a otro, en este caso de Aldous HUXLEY: “El secreto de la genialidad es el de conservar el espíritu de niño hasta la vejez, lo cual quiere decir que nunca hemos de perder el entusiasmo”.


Cada uno puede establecer las correspondencias que crea o no ver ninguna, pero a mi una cosa me lleva a la otra: el entusiasmo está en la admiración apasionada, en ver las cosas con mirada limpia, en la exaltación ante as cosas que ocurren alrededor  de uno. Y todo eso está en los niños de forma natural. Quizá la escuela, las reglas sociales, incluso la propia familia coarten ese entusiasmo y lo hacen favoreciendo que el niño mire en otras direcciones, no en esas que le entusiasman y así es difícil conservar ese espirito hasta la vejez, que es lo que nos pide Huxley y la propia vida.


Nos hacemos viejos porque dejamos de ENTUSIASMARNOS, DE ADMIRARNOS por lo que tenemos ante nosotros.

martes, 19 de febrero de 2019

EL CONOCIMIENTO PERSONAL

EL CONOCIMIENTO PERSONAL

(Nota oportuna: Ayer falté a mi cita diaria. Lo siento por aquellas maravillosas personas que aún me siguen).

No es fácil el contacto largo y sincero de la convivencia o de la amistad. No lo es al menos que cada uno comprenda del otro o de los otros al menos: qué dolor puede haber detrás de una sonrisa, el cariño que hay detrás de la rabia y las razones que pueden existir detrás de un silencio.

En Alicia, en “El país de la maravillas” se lee “El secreto, querida Alicia, es rodearse de personas que te hagan sonreír el corazón y sólo entonces estarás en el País de las Maravillas”.


Y algo hay de eso, aunque existe un problema, hay que tener el coraje de quedar mal con mucha gente, despedirse de otros muchos y estar preparado para ser odiado por ello. Es la única manera de que lo que decimos en los párrafos anteriores pueda cumplirse.


No creo que de esto pueda sacarse una regla general, porque tendemos a copiar del comportamiento de los demás, cuando cada uno tenemos un camino genuino y personal. Y eso es así, como lo es el hecho de que quien no nos quiere oír, es que  ni nos escucha, del mismo modo que quien SÍ nos quiere entender, nos entenderá incluso si estamos callados

domingo, 17 de febrero de 2019

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

Tal día como hoy (17 de febrero), pero de 1836, nacía Gustavo Adolfo Bécquer. Este poeta, sevillano de nacimiento, autor de Rimas y Leyendas, murió a los 34 años, tras una vida llena de luces y sombras.


Va por su memoria:

RIMA XXX
Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugo su llanto
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino: ella, por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún, ¿por qué callé aquel día?
Y ella dirá, ,¿por qué no lloré yo?

RIMA XLIV
Como en un libro abierto
leo de tus pupilas en el fondo.
¿A qué fingir el labio
risas que se desmienten con los ojos?
¡Llora! No te avergüences
de confesar que me quisiste un poco.
¡Llora! Nadie nos mira.

Ya ves; yo soy un hombre... y también

CIERRA LOS OJOS Y VERÁS CLARAMENTE

CIERRA LOS OJOS Y VERÁS CLARAMENTE

 A veces uno se encuentra con escritos que reflejan muchas de las situaciones de vida con las que tiene que vivir. Los hay de lo todos los tipos, como parece lógico.  

Están en la literatura producida en todos los espacios culturales, desde Oriente a Occidente (Taoismo, Budismo y Cristianismo, por poner solo tres ejemplos) y se vienen repitiendo a través de autores que seleccionamos  como expresión de esas manifestaciones: Tao, Horacio, Sta. Teresa de Jesús y Fray Luis de León, por dejar sol algunas muestras.


Hoy traigo aquí una muestra oriental, de Lao-Tsé que puede servir de ejemplo a lo que decía en la entrada.


Cierra tus ojos y verás claramente 

Cierra tus ojos y verás claramente.
Cesa de escuchar y oirás la verdad.
Permanece en silencio y tu corazón cantará.
No anheles ningún contacto y encontrarás la unión.
Permanece quieto y te mecerá la marea del universo.
Relájate y no necesitarás ninguna fuerza.
Sé paciente y alcanzarás todas las cosas.
Sé humilde y permanecerás entero.
Cuando las cosas anheladas ya no se desean, llegan.
Cuando las cosas temidas ya no se temen, se alejan.


Poema de Lao Tse

sábado, 16 de febrero de 2019

NADA DURA PARA SIEMPRE

NADA DURA PARA SIEMPRE

En “El Principito” se puede leer: “Nada dura para siempre, ni el dolor ni la alegría. Todo en la vida es aprendizaje, todo en la vida está en seguir adelante”.

Y esa es la máxima que hemos asumido: hay que seguir a pesar de todos los pesares.

En el camino se van aprendiendo cosas (como dice El Principito), por ejemplo que no es difícil decir adiós, que lo difícil es aprender a no volver. También que hemos de contar con personas que nos ayuden a hacer un poco más llevadero y colorido el mundo que nos toca vivir, lo que es un poco más difícil aún.


Las personas capaces de hacer más fácil el camino o verlo con color son las que permanecen. Esas son las que nos reconfortan y nos dan las fuerzas para seguir. Su presencia ayuda a tener relaciones sólidas y leales y también una referencia y un asidero en los momentos difíciles.

Es gente sincera, que te da la mano, te mira a los ojos y su mirada te transmite más que las palabras, las que nos respetan (porque no nos juzgan), esa es la que merece la pena.

Esos aprendizajes nos van dejando recuerdos (la vida es eso, acumular recuerdos) aunque las más de las veces los recuerdos sean el agua que nos sale por los ojos.


Me resisto a pensar que la gente nunca cambia, que solo se porta bien cuando quiere algo. Aunque haya aprendido  que “no es la vida la que separa a la gente, es la maldad, la hipocresía, el egoísmo y la falta de respeto” (El Principito)

viernes, 15 de febrero de 2019

LA HONESTIDAD

LA HONESTIDAD

En la referencia que tomamos como base de esta entrada se dice: “Si deseas una vida feliz debes cultivar la flor más hermosa de todas. La honestidad es uno de los valores más hermosos que podemos tener los seres humanos. Una persona honesta puede sentirse en paz, no solo porque su corazón está libre de rencores, ya que dijo en su momento lo que debía, sino porque además sus pensamientos y sus actos fluyen en sincronía”.

Sabemos que ser honesto es bueno, pero también que al serlo deberemos tener la fortaleza para enfrentarnos a las personas que no saben vivir con la verdad, sino con la realidad que ellos imaginan para sentirse mejor 


La honestidad requiere de un auto conocimiento. Si de verdad quieres ser sincero con la vida debes aceptar y conocer tus defectos, tu lado oscuro y tu zonas más vulnerables.

La honestidad tiene un precio, pues ha de enfrentarse a todos los que no viven en la transparencia y requiere de un sincero análisis de nuestro  mundo interior, saber de nuestras limitaciones, pues todos, de una manera u otra, tenemos limitaciones, defectos, y áreas o aspectos sensibles.

En el mismo texto que hemos referenciado se dice que las personas honestas son “psiconautas”, esto es, personas que profundizan con valentía y elegante habilidad esos tramos interiores, íntimos y a la vez complejos como son sus universos emocionales y sus constelaciones psicológicas.

Y también que “ser honesto, en realidad, responde a un acto de integridad, de valentía y de madurez personal. Virtudes todas ellas que debemos hacer germinar con dedicación en nuestro día a día”.



jueves, 14 de febrero de 2019

CATORCE DE FEBRERO

CATORCE DE FEBRERO

Hoy es un día digamos que especial, pues se celebra el día del amor y la amistad, debido a las acciones de un tal San Valentín, relacionado con la afectividad.

No sé si los historiadores tienen claro su origen y significado o la idea romántica de la historia ha provocado que tengamos esas ideas, cuyo origen está en el siglo III y que tan bien han sabido aprovechar los comerciantes.

Pero no estamos aquí para poner en cuestión ahora ninguna de esas razones, primero porque no está mal que haya un día para el amor y la amistad y segundo porque es una festividad arraigada y casi universal.


De todos modos queremos anotar que entendemos a los que no quieren seguir las modas (y modos) y prefieren romper las tradiciones, del mismo modo que entendemos a los que las siguen. Cada uno es libre de tomar sus decisiones, pero ni los unos ni los otros deben tener sentimiento de culpa.

Es cierto que el amor y la amistad se deberían celebrar a diario y no en un día señalado, pero eso no obsta para poner algo que puede estar presente en la vida de las personas.

Pero no es solo el amor, el enamoramiento, la costumbre…, también es la AMISTAD, lo cual es perfecto para celebrar cualquier día y también uno como este.

Cada uno es como es y, si siendo como es no le causa problemas, no debería preocuparse de mostrar o no su lado “tierno” y poner en evidencia sus sentimientos. Aunque del mismo modo puede preferir mantener en la intimidad su vulnerabilidad afectiva.


Vamos, que es un día “ambiguo” en el que todo es posible, siempre que se viva desde la consciencia.

miércoles, 13 de febrero de 2019

TRISTEZA, SOLEDAD, SILENCIO, ESPERA…

TRISTEZA, SOLEDAD, SILENCIO, ESPERA…

A la suma de esas cosas que figuran en el título de esta entrada se le suele llamar DEPRESIÓN, o sea “Enfermedad o trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo y disminución de las funciones psíquicas”. Y puede que lo sea, esto es, puede ser que la medicina haya sabido abarcar esos síntomas y algunos más bajo un sólo concepto, pero a mi me gustaría hacer una distinción, después de agradecer que a eso no se le haya llamado “síndrome”, que es el concepto más socorrido de la clase médica actual.

Hay estados que se ajustan aproximadamente a lo que dicen los libros pero que devienen de variables INTERNAS, esto es, que son producidas porque la química individual va declinando en una persona y acaba perdiendo hasta la identidad. Pero creo que hay estados, que también reúnen esos o parecidos síntomas, pero que vienen por el efecto de ciertas condiciones ambientales, externas.

Sí, ya sé que tanto da si al final el resultado es el mismo, porque, por un camino o por otro estaríamos en las mismas, pero supongo que, por más que los fármacos para su tratamiento sean los mismos, el tratamiento no puede ser igual.


La verdad es que no sé si me explico bien o solo exteriorizo mi propio lío mental y si, de poner algún ejemplo aún la liaré más. Pero seré atrevido. Una cosa es que una persona se encuentre “mayor” e “incapaz” para tareas que le gustaría mantener y ante eso se invente la excusa del cansancio o de lo que sea, pero caiga en una depresión digamos que psicológica. Y otra cosa es que una persona se encuentre de golpe diagnosticado de una enfermedad incurable y/o en un ambiente familiar y/o social adverso y acabe refugiándose en ese mismo cansancio u otra excusa. Ya digo que el resultado es el mismo, pero creo que hay elementos distintivos, al menos en el tratamiento (y lo digo sin convicción, porque la verdad es que escribo por pura intuición, lo cual es una temeridad).

Supongo que en ambos casos las conductas de ambas personas es limitante, de tristeza, de incapacidad hasta para arrastrarse, sin notar los estímulos del entorno, de cansancio, de silencio ante la imposibilidad de dar respuesta a nada de lo que se le pueda plantear ni aun de razonarlo mínimamente.


Lo malo (o lo bueno, según se mire) es que todo alrededor sigue su ritmo y que, al menos en el segundo caso, las medicinas pueden ir acompañadas de una mano amiga, de alguien que provoque y aguante sus lágrimas, esas lágrimas que ayudarán a salvar la desesperanza y que tanto necesitaba echar para facilitar la salida a tanta congoja como ha ido acumulando.

martes, 12 de febrero de 2019

VIVIR AL DÍA

VIVIR AL DÍA

A veces no queda otra que vivir el hoy, vivir al día, procurando que no nos agobie el peso del pasado o la ansiedad por el mañana.

Para ello hay que realizar algunos cambios, adoptar algunas nuevas conductas, por ejemplo que te deje de importar si te escriben o no, si se preocupan por ti o no, si les importa saber cómo estás. A veces hay que tragar, incluso que entre mejor te has comportado con algunas personas, peor se portan contigo. Quizá porque, muchas veces, la mayor distancia entre las personas se asienta en malentendidos y no nos preocupamos por deshacerlos, porque las explicaciones suelen provocar efectos no deseados y adoptamos por no hacerlas, por no darlas.


No es fácil cambiar la cadena del tiempo, la amargura de la nueva situación, la desesperación que emerge de ella, la ansiedad o la impotencia que produce la traición y la miseria de la vida.

Hay que dejar de exigir nada al mundo o a las personas, a la vez que dejar de buscar nada, esperar nada… Y dejar todas las expectativas duele.


Pero no podemos volver atrás tampoco ni empezar de nuevo, como no podemos luchar por crear un nuevo final cuando le tenemos prescrito. Pero siempre podemos estar EN PAZ.

lunes, 11 de febrero de 2019

UN GUIÑO A LA ALEGRÍA

UN GUIÑO A LA ALEGRÍA

Las palabras, que tantas veces hemos traído aquí, no son inocuas, aunque se pretenda. Las palabras curan o hieren a una persona, acarician o golpean, según los casos. Quizá por eso los griegos otorgaban a las palabras un valor “divino” (provenían de los dioses) y los filósofos de todos los tiempos hayan abogado casi siempre por el silencio como la mejor expresión o más valiosa del ser humano.

Las más de las veces las hemos introducido aquí por su valor comunicativo, por su sentido de enlace entre las personas, por su ayuda a la comprensión…, como flotador al que el náufrago puede agarrarse.

Bajo esa percepción de la palabras siempre ha estado la seguridad de que la palabra andaba detrás o debajo de los pensamientos, de esos pensamientos que pueden convertirse en palabras, hasta el punto de concebirlas como la “sombra del pensamiento”.


También hemos querido dar valor a las palabras en la medida en que ellas marcan nuestro destino. Nunca hemos dejado de pensar que “uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice”. 

Pero hoy quisiéramos usarlas, de la mano de ERNEST HEMINGWAY para lanzar un mensaje de vida, de alegría, siquiera sea por compensar.

Trata de aprender a respirar profundamente,
a saborear la comida cuando comes
y, cuando duermes, a dormir como un tronco.
Intenta esta vivo de verdad
con todas tus fuerzas,
y cuando rías, ríe hasta partirte de risa.
Y cuando te enfades, enfádate bien.
Trata de estar vivo.

Porque ya estarás muerto suficientemente. 

domingo, 10 de febrero de 2019

HAY DÍAS PARA TODOS LOS GUSTOS

HAY DÍAS PARA TODOS LOS GUSTOS

Hoy no da para mucho más la cabeza, ni aún los recuerdos y muchos menos la esperanza, la ilusión o la simple imaginación.
Necesito que me presten palabras, palabras como éstas que tomo del profesor Unamuno:

¡Dormirse en el olvido del recuerdo, 
en el recuerdo del olvido, 
y que en el claustro maternal me pierdo 
y que en él desnazco perdido! 

¡Tú, mi bendito porvenir pasado, 
mañana eterno en el ayer; 
tú, todo lo que fue ya eternizado, 
mi madre, mi hija, mi mujer!

Miguel DE UNAMUNO


Aunque también me he acordado de otras, en ese caso de León Felipe, que quizá ayuden a justificar o facilitar el entender las tomadas de Unamuno.

No he venido tampoco, ni estoy aquí arreglando mi expediente para que me canonicen cuando muera.
He venido a mirarme la cara en las lágrimas que caminan hacia el mar,
por el río
y por la nube...
y en las lágrimas que se esconden
en el pozo, en la noche
y en la sangre...
He venido a mirarme la cara en todas las lágrimas del mundo.
Y también a poner una gota de azogue, de llanto, una gota siquiera de mi llanto.
en la gran luna de este espejo sin límites, donde me miren y se reconozcan los que vengan.


LEÓN FELIPE

sábado, 9 de febrero de 2019

TROLL O PROVOCADOR

TROLL O PROVOCADOR

Las tecnologías están propiciando la aparición de nuevas palabras a tal velocidad que no debe dar tiempo a ser traducidas, de tal modo que se usan tal y como aparecen la primera vez. Y ante uno de esos casos estamos.

No sé si mi traducción es buena. Seguro que otros tienen otras más ajustadas, pero admito todas las correcciones y propuestas, siempre que nos refiramos a lo mismo, a personas que aprovechan las redes sociales para liarla del modo que sea.

Han tenido y tienen un papel importante, porque “sesgan” el interés del público, hacen dudar de lo que leen o simplemente DESACREDITAN por completo a los que intervienen con las mejores intenciones y formación en las redes.


Ni que decir tiene que esos elementos son aprovechados por grupos de opinión justamente para eso, aunque las más de las veces los “provocadores” son de generación espontánea, entre otras cosas porque hay mucha gente que se debe aburrir y otros tantos cuya cultura no llega al nivel del suelo.

Hay, como puede suponerse, muchos tipos de “trolls” o provocadores, tantos casi como criterios adoptemos para clasificarlos. Si nos atenemos a su modo de reaccionar yo destacaría a los METICULOSOS, LOS GRACIOSILLOS, LOS AGRESIVOS Y LOS QUE intentando pasar por “expertos”, son solo INCONGRUENTES.

Si los clasificáramos por las razones de sus intervenciones en la red nos encontraríamos con provocadores que intentan HACER DAÑO a las personas (ejemplos hay a miles incluso entre las jerarquías sociales), los que quieren desvirtuar los temas que no les interesa o que les afectan, lo egocéntricos  e incapaces, etc.


La solución a sus actuaciones no es fácil, pero creo que la mejor es: NO HAY MAYOR DESPRECIO QUE NO HACER APRECIO.

viernes, 8 de febrero de 2019

LA TOLERANCIA

LA TOLERANCIA

En líneas generales y sin intento alguno de purismo intelectual, solemos entender por tolerancia la actitud de la persona que respeta las opiniones, ideas o actitudes de las demás personas aunque no coincidan con las propias. También lo solemos aplicar a la “capacidad que tiene un organismo para resistir y aceptar el aporte de determinadas sustancias, en especial alimentos o medicamentos”.

En ambas acepciones es un concepto usado normalmente sin que denote pedantería.

Aquí nos referiremos a la tolerancia como respeto a las opiniones de los demás, aunque mantengamos el derecho a la duda.


Asumimos que visto así puede parecer un acto de prepotencia, en la medida en que uno ha de ser indulgente con el otro o aguantar algo con lo que no se está de acuerdo, pero quisiéramos que fuera visto también como RESPETO. Y, en este sentido de RESPETO, la TOLERANCIA guarda relación, o así lo creemos, con el reconocimiento a las diferencias, a la diversidad de cualquier tipo.

La tolerancia, vista así, es básica en la vida social.

Pero no vemos por ninguna parte el valor de la expresión “tolerancia cero”, que no concede valor, ni positivo ni negativo, a una postura, a no ser que sea eso lo que se quiere expresar cuando se utiliza. Esa expresión es un modernismo vacío, de esos que gustan a la posmodernidad, que suenan bien pero que no tienen contenido.


Y quizá sea ese uno de los problemas que vivimos, porque en realidad nuestra sociedad es INTOLERANTE, tanto que responde con violencia ante los pensamientos contrarios a los propios, cuando todos necesitamos un espacio de libertad

jueves, 7 de febrero de 2019

LAS PERSONAS QUE NOS HACEN FELICES

LAS PERSONAS QUE NOS HACEN FELICES

Lo que los demás piensan acerca de nosotros, o la forma en que se dirigen a nuestra persona, suelen ser importantes para nosotros, los occidentales, pero eso no es lo que algunas filosofía orientales defienden.

Esta forma de pensar oriental se diferencia de la occidental en eso y  en la forma de relacionarse con el universo. La filosofía budista, por ejemplo,  enseña a mantenerse “desconectados” de las cosas que los demás dicen de nosotros.

Esta es una de las parábolas budistas que lo enseña:

Se cuenta que en una ocasión, un hombre se acercó a Buda y, sin decir palabra, le escupió a la cara. Sus discípulos se enfurecieron. Ananda, el discípulo más cercano, le pidió a Buda:

– ¡Dame permiso para darle su merecido a este hombre!

  Buda se limpió la cara con serenidad y le respondió a Ananda:
– No. Yo hablaré con él.

  Y uniendo las palmas de sus manos en señal de reverencia, le dijo al hombre:
– Gracias. Con tu gesto me has permitido comprobar que la ira me ha abandonado. Te estoy tremendamente agradecido. Tu gesto también ha demostrado que a Ananda y a los otros discípulos todavía pueden invadirle la ira. ¡Muchas gracias! ¡Te estamos muy agradecidos! 

Obviamente, el hombre no daba crédito a lo que escuchaba, se sintió conmocionado y apenado.

Simple pero contundente, esta parábola deja un claro mensaje. Y podemos pensar que no solamente se trata de ignorar las actitudes negativas de los demás: a veces, también puede ser bueno no tomar en serio cuando nos elogian o nos adulan. 

 Mantenernos distantes de esos elogios puede ser la mejor opción para controlar el ego.