Esta temporada no se habla de otra cosa, del coronavirus y del encierro a que ha obligado a la población, o sea, a la obligada cuarentena para evitar los contagios.
Y es lógico que sea así. La pandemia tiene una gran importancia y nos afecta a todos. Pero entre ese “todos” existen en España más de 100.00 (cien mil) pacientes crónicos que viven en cuarentena permanente y que siempre han estado en el olvido, apartados, olvidados, eso por no hablar de las personas con enfermedades “raras”.
Hay un libro: “De qué dolor son tus ojos” (sí, DOLOR), editado por Esfera de los Libros, 2ª Edc. donde se describen casi todas esas “enfermedades” llamadas “raras” por el desconocimiento que tenemos de ellas.
Esas personas “en caída libre” nos deshumanizan por olvidarlas, solo esperan que esta pandemia las destape, para hacernos mejores personas, sin necesitar un minuto de gloria en la redes o en el TV.
“Ojalá nuestra responsabilidad individual tenga una repercusión colectiva. Ahora ya sabemos que la vida es mucho más sencilla. Por eso, si cuando la vida regrese, le pedimos menos cosas, habrá tenido sentido todo esto. Ya lo decían los Beatles: “En algún momento llegará el sol…, así que, mientras tanto, aprendamos a sonreír en la oscuridad”
En el libro se lee: “Yo no elegí ponerme goteros, operarme o tener visitas médicas todas las semanas, pero sí elijo la manera en la que quiero enfrentar mi vida. No pretendo cambiar el mundo, pero sí puedo cambiar mi historia”. “No es fácil aprender a vivir con algunas cosas, aceptar, asumir lo que te pasa, mucha gente se estanca en un bucle. Y a veces lograr un diagnóstico se vuelve misión imposible. Pero, aunque probablemente a mí no me llegue la cura, vienen muchos niños y niñas detrás que merecen un futuro con más certeza. Por ellos lo hago. No les cortemos las alas…”
Con esa esperanza lo recuerdo aquí.
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