A veces preferimos no responder o no exponer nuestras ideas respecto a lo que sea. Unas veces es por puro desconocimiento, otras por imbecilidad (no vaya a ser que abramos la boca y se nos note), pero otras, creo que las más, no es por estar en SILENCIO, sino para no entrar en discusiones que sabemos que no nos llevarán a ningún sitio, porque conocemos a las personas, o los temas o… las modas y manías, las filias y las fobias.
Es mejor seguir en paz, así de sencillo, mientras otros prefieren seguir viviendo con el orgullo de sentir que TIENEN RAZÓN.
Por más que se empeñen la vida no es la consecución de éxitos, más o menos memorables, sino de FRACASOS, que hay que aprender a sobrellevar, una vez aprendida la lección. Pero sabemos que el ser humano es el ÚNICO BURRO que tropieza DOS VECES (y aún más) en la misma piedra.
Se supone que hay que aprender que, cuando todo parece estar en el desenlace final, lo que esté ocurriendo es que algo de nosotros se está reubicando de nuevo en el lugar que le corresponde.
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