Hay una serie de temas que forman como una especie de rosario en todos los medios de comunicación, sin que muchos de ellos figuren entre los que preocupan realmente a los ciudadanos. Otros es normal que se repitan, pero si se aportara conocimiento y no opiniones que ocultan intereses e ideologías interesadas (porque no hay opinión sin ideología, claro).
El acoso escolar, la violencia de género, los accidentes de carretera, los dimes y diretes de los políticos y los juicios parecen ser los temas estrella esta temporada.
Sobre alguno de esos temas ya hemos escrito en este blog (o en su predecesor) y volveremos a hacerlo (acoso escolar, violencia de género, política y opiniones contaminadas).
Hoy queremos detenernos en los “juicios mediáticos”, en la “cárcel de papel”, como se denominaba una sección de la vieja Revista Hermano Lobo.
Parece ser que España es una nación de corruptos y desde aquí diré algo que parecerá una tontería: ES VERDAD. Es corrupto el funcionario que, sin estar preparado ni dispuesto a hacer nada para estarlo, ocupa un puesto. Es corrupto el que, teniendo que intervenir en algo no lo hace “por si acaso acabo pagando yo los platos rotos”. Es corrupto el político de cualquier nivel (de local a nacional) que sin saber nada de la vida, sin haber dado un palo al agua, medra para ocupar un puesto en la listas del partido que sea. Lo es también el mismo político cuando no dice ni qué piensa (quizá porque no lo hace) ni qué haría para solucionar algo, sino que repite el slogan del momento como un loro parlante. Y lo es cuando lo único que hace es criticar al contrario sin razonar su postura o airear su solución.
Lo es también el que busca facturas sin IVA (porque le sale más barato), y el que se las proporciona (porque seguramente trabaja en economía oculta, o por necesidad, en cuyo caso… se entiende más).
Y, claro, lo es, por encima de todos ellos o al lado, como quieran, el que se lleva el dinero de los demás y va “dando pelotazos” (creo que lo llaman así) a diestro y siniestro.
Y digo esto porque tanto políticos (de todo pelaje y de nivel local o nacional), como empresarios, banqueros (sobre todo “cajeros” -de las antiguas Cajas de Ahorros), sindicalistas, cuadro técnicos medios de la administración (en mucha menor medida) todos tienen la mano presta para meterla en el bolsillo de los demás, total, como dijo aquella Ministra Socialista : “el dinero de hacienda no es de nadie”
Y eso tiene cabreado al personal, sobre todo, tal y como hemos pintado la situación, a los que no pueden sacarse del bolsillo más que el pañuelo, pero también a los que son capaces de pensar.
Porque el problema (y mira que se trata de un problema gordo, endémico y criticable) no es sólo que se robe, que se desfalque, que se oculten bienes…, el problema es que la sensación que tiene el ciudadano es que NO PASA NADA.
Hay hechos que llevan encapsulados en algún sitio 12 años, otros que, a pesar de haberse decretado el Secreto del Sumario salen publicados al día siguiente con fotocopia sellada y todo (cosa que no creo que case con eso del secreto), jueces que… déjales ir solos… (y no me refiero solo a esos pocos que han “castigado”), que tendrían que decir cuando dejan de medicarse o qué leches toman cada día para tomar las decisiones que toman…
También hay abogados que aprietan más que una boa constrictor y medios de comunicación.
Total, que al final los mortales creemos que lo que hay para algunos es IMPUNIDAD (y guante blanco como en el caso de la familia Pujol).
Ya no se sabe si los que recogen pruebas son todos de la ONCE (con perdón y con mi consideración sobre esa institución), y mancos, si la justicia lleva un ritmo “quieto-parado”, si los funcionarios de justicia trabajan o toman café largo, …
Creemos que en estos momentos hay unos 1.500 imputados (aproximadamente, que no vamos a discutir por 1.000 más o menos) y no se sabe si alguno ha devuelto el dinero, si alguno ha dejado de ser “preventivo” o meramente “vigilado”….
Dan ganas de vivir del cuento y vivir en la IMPUNIDAD, aunque sea como IMPUTADO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario