Hoy es un día especial. Lo es por los recuerdos, lo es por el personaje de esos recuerdos, lo es por la vida, por el ejemplo, por la alegría de vivir, por el esfuerzo, por la entrega … de una persona que “se dio” y se inmoló.
Lo es aún más en unos momentos en que sigo ya abandonado al ritmo de la corriente, sin nada a lo que agarrarme, sin nada que defender… Tampoco temo ya a nada, porque nada soy, excepto un recuerdo de mí mismo. Vivo fuera del mundo, pero en el sosiego de saberme libre.
Es un día de no tener palabras, pero de recordar lo más hermoso de mi vida, así, quizá, como dice este poema:
Alma mía, dónde estas hoy,
que tanto necesito de ti.
Has volado lejos a un mundo que fue
....y se fue...¡Alma mía , por qué!
Busco en mi oscuridad aquel susurro
que siempre sentí.... de ti para mí,
Amé contigo, lloramos juntos,
bailó el mundo con nosotros,
girando...girando...
Pasaba la vida... ¿Qué pasó?
Hoy quisiera que saliera mi Sol
y el calor de un beso... tu beso.
Alma amiga,
cómplice de tantas soledades,
de aquellos silencios rotos.
....¿Volverás?
que tanto necesito de ti.
Has volado lejos a un mundo que fue
....y se fue...¡Alma mía , por qué!
Busco en mi oscuridad aquel susurro
que siempre sentí.... de ti para mí,
Amé contigo, lloramos juntos,
bailó el mundo con nosotros,
girando...girando...
Pasaba la vida... ¿Qué pasó?
Hoy quisiera que saliera mi Sol
y el calor de un beso... tu beso.
Alma amiga,
cómplice de tantas soledades,
de aquellos silencios rotos.
....¿Volverás?
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