Cada uno de nosotros tiene una caja o un lugar especial con las fotos de su historia, personal y familiar, normalmente. Cada una de esas fotos evoca momentos, situaciones, recuerdos…, son como una ventana a nuestra historia.
Al respecto Federico GARCÍA LORCA decía:
“Hay almas a las que uno tiene ganas de asomarse, como una ventana llena de sol”
Y es cierto. Guarda paralelismo con una de esas frases que aparecen en”muros que hablan”:
“Eres el único lugar del mundo al que yo desearía volver y quedarme para siempre”.
Yo tengo cajas de esas y algún lugar al que desearía volver si pudiera. Quizá pueda parecer una cursilada, pero hay veces que, sin censura alguna y sin vergüenza, hay que expresar lo que uno siente, aunque alguien, en situación extremadamente sensible, se pueda ofender. Hay que buscar el equilibrio y ese equilibrio requiere de estas confesiones.
Extrañar recuerdos o vivencias, personas o situaciones… parecen solo debilidades, pero EXTRAÑAR de verdad es como si una boa te apretara el corazón y DUELE. Creo que eso justifica estas confesiones.
Y yo sé que hay amores que duran para siempre, aunque no se toquen, aunque no se vean… y también duelen.
Lo que decía: Hay que abrir nuestras ventanas y dejar ver lo que uno EXTRAÑA.
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