Soy consciente de que nadie puede volver por las historias y los tiempos ya pasados para poder revivir todo ello de otra manera, pero, del mismo modo, sé que cualquiera puede y debe comenzar hoy a crear un nuevo final, si no es que su propio recorrido se lo da hecho.
Para ello es necesario vivir sin el peso del ayer (cosa nada fácil cuando son los recuerdos los únicos víveres que uno lleva en la mochila) y sin la ansiedad del mañana (por carencia de esperanzas).
Al respecto son muy válidas las palabras de “El Principito”:
“Un día sabrás que no has perdido nada. Que las cosas tuvieron que pasar así para que entendieras la vida. Que nada se retiene y todo fluye a su modo. Así como llegan las cosas, otras se van”.
Como expresamos en otra entrada, lo que hoy nos parece difícil es muy probable que mañana sea algo a lo que agarrarnos. De ahí que tengamos que luchar por las cosas que nos llenen y saber esperar, sobre todo… porque lo que tiene que pasar… pasará.
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