sábado, 22 de junio de 2019

LA MIL VECES NOMBRADA PACIENCIA

Se supone que el término “paciencia” tiene su origen o tiene que ver con el prefijo PAZ. Algunos autores la utilizan como la virtud que lleva  aguantar las adversidades.

Estoy más cerca de lo primero que de lo segundo, por cuanto en el segundo caso estaríamos admitiendo que la paciencia es algo pasivo y una cosa es AGUANTAR CON SERENIDAD los acontecimientos y otra “aguantar mientras se pueda”.

En ella debe intervenir el CARÁCTER  (es un decir), porque si uno es impulsivo, por ejemplo, difícilmente aguantará con “decoro” situaciones de las que hay que defenderse.


Supongo que los que defienden esa segunda postura dan por supuesto que hay personas que pueden responder a los infortunios con conocimiento de causa, con equilibrio (cosa que no es tan fácil, se mire como se mire)

De todos modos yo no he visto a nadie que nazca PACIENTE. Los neonatos expresan sus necesidades sin sentido y sin entender que tenga que esperar, por ejemplo, o sea, que la PACIENCIA debe ser producto de un entrenamiento

Requiere, pues, convicción, razonamiento y ESPERANZA para lograr el control de las emociones que provoca cualquier alteración en nuestro estado.


Pero todo el mundo la recomienda como si fuera el “ungüento” universal que todo lo cura. 

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