No puedo darte soluciones
para todos los problemas de la vida,
ni tengo respuesta
para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte
y compartirlo contigo
No puedo cambiar
tu pasado ni tu futuro,
pero cuando me necesites
estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces,
solamente puedo ofrecerte mi mano
para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías,
tus triunfos, tus éxitos
no son míos,
pero disfruto sinceramente
cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones
que tomes en la vida,
me limito a apoyarte
a estimularte
y a ayudarte si me lo pides.
No puedo trazarte límites
dentro de los cuales debes actuar,
pero sí te ofrezco ese espacio
necesario para crecer.
No puedo evitar tu sufrimiento
cuando alguna pena
te parta el corazón,
pero puedo llorar contigo
y recoger los pedazos
para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quién eres
ni quien deberías ser.
Solamente puedo
amarte y ser tu amigo.
En estos días pensé
en mis amigos y amigas.
No estabas arriba,
ni abajo ni en medio.
No encabezabas
ni concluías la lista.
No eras el número uno
ni el número final.
Dormir feliz,
emanar vibraciones de amor,
saber que estamos aquí de paso,
mejorar las relaciones.
Aprovechar
las oportunidades,
escuchar al corazón,
acreditar la vida.
Y tampoco tengo
la pretensión de ser
el primero,
el segundo
o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo.
Gracias por serlo.
José Luis Borges
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