viernes, 24 de mayo de 2019

LEER Y ENTENDER

En una entrada a FaceBook una persona amiga recordaba una frase de Valle-Inclán  (Luces de Bohemia, 1924) que dice así:

España es una deformación grotesca de la civilización europea, en España el trabajo y la inteligencia siempre se han visto menospreciados. Aquí todo lo manda el dinero, en España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza”.

Lo malo de la frase es que es verdad. Véanse al respecto los últimos premios Sant Jordi, por ejemplo.

Pero me ha preocupado más una entrada de del Club de los Libros Perdidos, que las tiene gloriosas, y cuyo título es: “Saben leer pero no entienden lo que leen: una nueva generación de analfabetos”.

Porque ese hecho, fácilmente constatable en las respuestas que se encuentran en las redes sociales, justifica la visión profética del ácido Valle-Inclán, entre otras cosas.


El problema, tal y como yo lo veo, no es sólo ese que he enunciado, sino que ni se escucha ni se presta atención a nada. Soy consciente de la ayuda que al respecto hemos recibido de Internet, pues ellas (las redes) han ayudado a crear ese nuevo analfabetismo funcional.

Nadie lee un texto completo y menos sin dispararse. O bien el lector pasa a otra cosa o responde aquello de que “si quieres cebollas, por debajo de la puerta te paso una piedra”.

No se retienen las ideas, ni importan… Leemos lo que queremos, no lo escrito y nos importan un pimiento los mensajes, a los que respondemos o replicamos de manera ininteligible (que esa es otra)


Creo firmemente que a los ciudadanos de hoy no les interesa acceder al conocimiento, aunque no lo confiesen, sino a “remachar” su incultura y más que en la “era de la información” hemos caído en la la “era de la ignorancia, de los prejuicios… de la comodidad.”

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