viernes, 31 de mayo de 2019

MOMENTOS EN EL RINCÓN

Quiero llorar porque me da la gana,
como lloran los niños del último banco,
porque no soy un hombre.
ni un poeta, ni una hoja,
pero sí un pulso herido que 
sonda las cosas del otro lado.

Federico Garcia Lorca. Edén. 1930.


Quiero llorar porque, como dijo Benedetti, “nadie me advirtió que extrañar es el costo de los buenos momentos”, o porque, como anotó Eduardo Galeano: 

“vivimos en un mundo donde
 el funeral importa más que el muerto,
 la boda más que el amor
y el físico más que el intelecto.
Vivimos la cultura del envase,
que desprecia el contenido”


Y mira que sé que las personas juzgan más por los ojos que por la razón, porque todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven (como en algún momento indicó Maquiavelo)

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