UN ATREVIMIENTO
Hace un tiempo, como colofón a una carta que titulé así (“Un atrevimiento”) incluí un poema de G.A. Bécquer que quisiera que figurara en esta entrada.
Mi situación personal da para pocas alegrías y las personas que se acercan a lo escrito en las redes no están por la labor de llevar su vida y encima tener que cargar con penas ajenas, pero algunas veces hay que situar en escena todos los componentes del escenario y el libreto para ser entendido. Eso intenté en el caso a que hago referencia.
A la par defendía el recuerdo como modo de aguantar las crisis y de olvidar que el futuro no cotiza cuando el presente tiene mal diagnóstico.
Con el objetivo de recordar ese momento (de nuevo sale el dichoso verbo “recordar”) y otros muchos y hacerlo sin malas intenciones, vibraciones o de modo lastimoso, ahí van los versos del poema:
Asomaba a sus ojos una lágrima
Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mis labios una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino; ella, por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún ¿por qué callé aquel día?
Y ella dirá ¿por qué no lloré yo?
Una noche cualquiera el futuro se llama pasado...
Gustavo Adolfo Bécquer
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