PENSAMIENTO DEDICADO
A menudo, lo hemos dicho ya varias veces, hemos de recurrir a palabras que tomamos prestadas. Unas veces por impotencia, esto es, porque nos faltan las fuerzas y el ingenio para poder decir lo que queremos. Otras veces porque el torbellino de sensaciones nos impide poner orden en nuestro pensamiento. Las más de las veces porque ni siquiera nos queda el artificio de tomar como referencia una parte de los sentimientos.
En todas esas ocasiones hemos recurrido a la poesía, que es la forma más hermosa de expresar con palabras aquello que se quiere expresar. Está claro que no hay ninguna que se adapte del todo al nudo de palabras que se agolpan en nuestra garganta o e nuestros dedos, pero todas aportan, desde otra visión más serena y consagrada, algo de lo que no podemos expresar por nuestra cuenta.
Hoy tomamos como prólogo un “pensamiento” de C. Castañeda para transmitir la “dedicatoria” de L. Mª Penero. Ambas forman un “pensamiento dedicado” o una “dedicatoria pensada”, como se quiera, aparte de una idea que no sabría manejar con mi capacidad.
PENSAMIENTOS
Ya me di al poder que a mi destino rige.
No me agarro ya de nada, para así no tener nada que defender.
No me agarro ya de nada, para así no tener nada que defender.
No tengo pensamientos, para así poder ver.
No temo ya a nada, para así poder acordarme de mí.
Sereno y desprendido,
Me dejará el águila pasar a la libertad.
No temo ya a nada, para así poder acordarme de mí.
Sereno y desprendido,
Me dejará el águila pasar a la libertad.
“El Don del Águila”. Carlos Castañeda
DEDICATORIA
Más allá de donde
aún se esconde la vida, queda
un reino, queda cultivar
como un rey su agonía,
hacer florecer como un reino
la sucia flor de la agonía:
yo que todo lo prostituí, aún puedo
prostituir mi muerte y hacer
de mi cadáver el último poema.
(Leopoldo Mª Panero)
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