miércoles, 10 de abril de 2019

LA SOLEDAD COMO ADAPTACIÓN EVOLUTIVA

LA SOLEDAD COMO ADAPTACIÓN EVOLUTIVA

Abundan los ejemplos tanto en la ciencia como en la literatura, o el cine de personas o personajes muy inteligentes cuyo rasgo común es la soledad.

Por otra parte es un concepto que yo he traído demasiadas veces a este blog y sobre el que se me ha criticado duramente, cuando realmente es incluso placentero, pues me ayuda para seguir y afrontar mis cosas, lo que me afecta y lo que me traerá el futuro.

He leído mucho sobre ella, sobre la soledad y soy consciente de que no proviene solamente de una variable (por ejemplo estar o encontrarse mal). Es más, hay autores cuyos estudios asocian la soledad a la inteligencia. Para hacerlo se remontan al origen del ser humano y a la sensación de felicidad en cada una de las épocas de su evolución. “En ese sentido -dicen-, la satisfacción por la vida es el resultado de una combinación entre dicha herencia y la posibilidad de comprender el momento actual que vive el individuo”.


Los autores de estos estudios  (Li y Kanazawa) analizaron datos sobre la inteligencia, salud, bienestar y satisfacción de 15.197 jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y los 28 años.

“Entre las primeras observaciones Li y Kanazawa notaron que, en general, encontrarse en medio de grandes concentraciones de personas conducía a sentimientos de infelicidad, pero, en contraste, socializar con algunos pocos amigos despertaba emociones satisfactorias.

Sin embargo, para este último fenómeno había una excepción: una minoría para la cual socializar, incluso con amigos, era causa de infelicidad. Coincidentemente, estos mismos individuos eran, según lo datos, más inteligentes que el promedio de la población.”

Los investigadores del tema nos dirán si eso es sostenible o no, pero seguro que, en algunos casos y en algunas personas, hay algo de eso que defienden.





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