viernes, 12 de abril de 2019

HAY DÍAS PARA TODO

HAY DÍAS PARA TODO

Hay días buenos y días malos. En nuestra decisión está el “resetearnos” (como a los ordenadores) o dejarnos llevar por el pesimismo. De alguna  manera creo que ser feliz, estar en armonía con uno mismo y el contexto, es una decisión que hemos de tomar cada día, porque no depende de la vida, sino de la actitud con que nos enfrentamos a los problemas.

Hay días en que parece que uno puede con todo, del mismo modo que hay días en los que parece que todo nos puede.


Ante las sensaciones que nos producen esas percepciones malas podemos alimentar la rabia, la ansiedad… Y sí que hay días malos, claro, de esos en que parece que el mundo se rompe y nos engulle o que nos rompemos nosotros por el dolor o la enfermedad esa que no acabamos de comprender.

En ambos casos (días buenos y malos) lo mejor es avanzar en la idea de que hemos de poner un poco de orden en nuestros sentimientos y dejar que las cosas, esas que nos provocan sentirnos mal y los podamos encauzar o bien dejar que fluyan por sí solos hasta que podamos hacernos con el timón. Seguro que eso es mejor que estar todo el tiempo enfrentándonos a lo que pasa o sentimos que pasa.

En definitiva, se trata de controlar ls emociones y analizar nuestro malestar o bienestar observándonos en base a distanciarnos de la situación que nos ha servido de detonante.


Esto que digo puede no servir ante los estados biológicos complicados que nos afectan de un modo grave, pero sí para enfrentarnos a muchos de los obstáculos del recorrido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario