viernes, 31 de enero de 2020

PERSONAS ESPECIALES

Existen personas especiales que se han hecho imprescindibles. Si analizo mis redes tendría que agradecer la presencia de varias de ellas (que no se citan por aquello de la privacidad, pero que todas tienen un lugar especial en mis afectos y en mi recorrido vital).

Casi ninguna proviene de mi mundo vital y laboral próximo, pero se han sabido ganar mi confianza inesperadamente y de un modo muy especial y fuerte.

Con ellas puedo hablar de todo: alegrías, tristezas, daños, experiencias, heridas… A algunas no las conocía previamente (y sigo sin haber estado en su presencia), a otras las conocía desde hace tiempo, pero por períodos largos, muy largos, no había habido contacto común.



Todas ellas, sin embargo, se han metido en mi mundo y han logrado algo difícil (y más en estos momentos) lograr lo que otros no han conseguido en mucho tiempo: ENTRAR EN MI ESPACIO, EN MI MUNDO.

Y siguen ahí día tras día para acompañarme o darme un poco de su magia. Han llegado para hacerme la vida un poco más llevadera, para que el aire me llegue de un modo más limpio, brindándome su amistad, dándome sus manos, han llegado para abrazarme y seguir a mi lado.


Todas ellas han llegado para quedarse y no sé cómo agradecérselo, ni qué decir sin llorar de emoción, sobre todo después de la experiencia de haber vivido el abandono de otras que no esperaba. 

jueves, 30 de enero de 2020

CUANDO ESTÁS CANSADO

Me he permitido el atrevimiento de copiar (con algunos leves cortes) la entrada del 30 de julio de Paola Céspedes en su blog  HOY APRENDÍ (Creando un mundo mejor…) esperando que ese hecho, seguramente contrario al derecho, puesto que tiene los “derechos reservados” no cause molestia a la autora. Mi razón: La necesidad de expresar algo que aquí está perfectamente dicho y hacerlo en otro blog que cuenta con una entrada diaria por mi parte.

“Cuando eres fuerte pero estás cansado, tu fe se vuelve cautelosa. Crees en el amor, pero también lo temes. Esperas con ansias algo que ni siquiera ves que está en tu futuro. Cuando todo lo que has experimentado es angustia, se necesita fuerza para creer en cualquier otra cosa. Sabes que te lo mereces, pero hay momentos en los que no crees que llegará nunca tu camino. Cuando eres fuerte pero estás cansado solo quieres renunciar. Sólo quieres irte. Dejas de intentar. Dejas de creer.

Son las lágrimas que lloras por la noche. Y tienes que despertar al día siguiente y fingir que todo está bien. Como si no te hubieras deshecho y recogido las piezas rotas de ti mismo. Sonríes porque tienes que hacerlo.

Ayudas a otros y encuentras soluciones para ellos, pero ni siquiera puedes ayudarte a ti mismo. Cuando lo haces parecer fácil todo el mundo piensa que puedes manejarlo. Pero parte de ti quiere caer de rodillas porque eres humano.

Eres más fuerte de lo que te das cuenta. Eres más fuerte de lo que la gente te da crédito.



Se necesita fuerza para creer en las personas cuando las has visto en su peor momento. Se necesita fuerza para creer en el amor cuando te lastimaron. Se necesita fuerza para creer en ti mismo cuando todo el mundo está dudando de cada elección que haces.

Y sé lo que es estar cansado de ser tan fuerte. Estás cansado de lastimarte. Estás cansado de estar decepcionado. Estás cansado de dar lo mejor que puedas para ver a la gente aprovecharse de eso.
Estás cansado de que todos esperen que cometas un error. Estás cansado de esperar lo peor de todo el mundo y todo lo que ves convertirse en realidad. Estás cansado de que todo el mundo te juzgue y te diga cómo debes vivir tu vida. Cuando estás haciendo tu mejor esfuerzo pero por alguna razón, se queda corto. Estás cansado de intentar cambiar lo que eres y no importa a quién trates de complacer, no estás contento contigo mismo.

Es agotador. Cuando te pierdes tratando de complacer a los demás, nada de eso es fácil. Es agotador ser la persona más grande. Es agotador preocuparse por la gente tanto como tú. Es agotador quedarse despierto tarde pensando en cada error deseando que poder hacerlo bien.

La gente como tú siempre sabrá el dolor en un nivel más profundo que otros. La gente como tú siempre sentirá un poco más de dolor. La gente como tú siempre conocerá esta oscuridad que otros nunca harán. Pero con todas estas emociones intensas que se sienten tan pesadas, también sientes las cosas buenas y las aprecias más que nadie.


Así que te pido que no cambies. No permitas que el dolor te haga sentir tan agotado”.

miércoles, 29 de enero de 2020

CUANDO NOS EXPRESAMOS

Cuando se intenta mantener una comunicación diaria abierta a personas de todo tipo y de diferente ideología, es lógico que se piense que no todo es “sentido”, “reflexionado” y “producido” por el que escribe.

Por otra parte cada uno de los lectores está en un momento o en una vivencia diferente y se enfrenta a lo que se le presenta con criterios diferentes, que dan lugar a posicionamientos diversos.

Es normal que sea así. No tengo nada que decir. Asumo cualquier postura del lector, realmente las espero, pues el objetivo es el de hacer reflexionar, aunque sea de cuestiones que pueden ser consideradas una tontería por parte de otras personas.



El tema no es nuevo, al respecto F. PESSOA escribió este poema, al que me adscribo: 

Dicen que finjo o miento
en todo cuanto escribo. No.
Yo simplemente siento
con la imaginación.
No uso el corazón.
Lo que sueño y lo que me pasa,
lo que me falta o finaliza
es como una terraza
que da a otra cosa todavía.
Esa cosa sí que es linda.
Por eso escribo en medio
de lo que no está en pie,
libre ya desde mi atadura,
serio de lo que no lo es.

¿Sentir? ¡Sienta quien lee!

martes, 28 de enero de 2020

NO NOS ENSEÑARON A SER FUERTES

Todos somos conscientes de que la vida no es fácil, que no siempre ocurre lo que esperamos, que nuestros planes se pueden desvanecer por mucho empeño que pongamos… por lo que lo más normal es que pasemos de un estado de frustración a otro.

Y esto es universal, diría yo, porque todos, en algún momento, hemos o tendremos que pasar por dificultades que nos hunden. Sí, también es cierto que la vida, a la vez, nos depara momentos y experiencias maravillosas, de esas que merecen la pena, que más parecieran regalos.

Hemos de ser “resilientes” (ser capaces de recuperarnos de cualquier adversidad) a a vez que luchadores, para afrontar esas dificultades.


Wayne W. Dear decía “la catástrofe que tanto te preocupa a menudo es menos horrible en la realidad de lo que fue en tu imaginación” y ese puede ser un buen motivo de reflexión. Otro sería el pensamiento de Marcel Pagnol: “La razón por la cual a las personas les resulta tan difícil ser felices es porque siempre recuerdan el pasado mejor de lo que fue, ven el presente peor de lo que es y piensan que el futuro es más complicado de lo que será” .

A mí me gusta especialmente este pensamiento de L.A. Paulos: “La incertidumbre es la única certeza que existe. Aprender cómo vivir con la inseguridad es la única seguridad que podemos alcanzar


La idea central está tomada de: Positivo mundo / Rincón de la psicología / Psicología y mente

lunes, 27 de enero de 2020

LA DIGNIDAD

No sé muy bien si la dignidad es  un derecho (el de ser valorado como ser social e individual) por ser PERSONA o el de ser respetado más allá de sus características.

Como tal figura en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) que declara a “todos los seres humanos iguales y libres en sus derechos y en su DIGNIDAD” y en muchas de las normas y constituciones de diferentes países.

Como seres dignos nos merecemos el derecho a la vida, a la libertad, la EDUCACIÓN, cultura, trabajo….


Bajo ese principio no me gusta el apelativo “gente”, porque para mí, es un trato indigno, como no me gusta ese lenguaje que nos envuelve, que más parece una jerga presuntamente técnica y no contaminada, parecida a la de los vendedores de humo.

No creo que la dignidad sea algo con lo que se pueda traficar, negar o dar porque sí, porque es inherente a la persona y sobre la que se cimienta la responsabilidad

Hay que huir del político que predica que nos devolverá la dignidad, porque eso significa que antes nos fue arrebatada y también porque detrás de eso nos está vendiendo indignidad.


La imagen ha sido tomada de aquí

domingo, 26 de enero de 2020

EL CAMINO

Dicen, quizá inmersos del “buenismo” y falta de criterio que nos invade, que los que nos vamos encontrando en el camino de la vida es aquello que necesitamos o nos merecemos y que, o bien nos quedamos con ello, porque nos satisface, o bien aprendemos porque vino para dejarnos una lección que necesitábamos.

Es una visión romántica del devenir que no está mal para no tener que pensar ni en causas ni en efectos, ni en si hay destinos escritos para cada uno o si los sucesos los provocamos nosotros mismos con nuestras decisiones.

Ocurre que, sea del modo que sea, lo que nos vamos encontrando y  solucionando (bien quedándonos con ello o bien tomando como lección) nos afecta y nos cambia y tanto da que creamos que hay un “destino” para cada uno o que nos busquemos las “piedras” que nos golpean. El caso es que nos cambian.

Pero los demás no son conscientes de esos cambios (evolución dirían algunos), que son constantes, por otra parte. De tal modo que lo que somos en un momento determinado tiene poco que ver con lo que éramos un tiempo atrás y eso, lo que éramos, es lo que les queda a los demás (a veces también a nosotros mismos). 



La cuestión es que deberíamos estar presentándonos a nosotros y a los demás continuamente so pena de no ser reconocidos, que es lo que viene ocurriendo asiduamente.

Nadie es lo que era (aunque sus “constructos” sean los mismos), pero nadie se para a pensar en los cambios y no se admiten las lecciones aprendidas (si las hay).

Vivimos (transitamos por el tiempo y las circunstancias) de un modo que sólo podemos juzgar con el paso del tiempo, pero hoy… pareciera que nos hemos quedado sin tiempo y menos aún para apreciarlo en los demás.

Extracto de Proverbios y cantares (XXIX)

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.


(A. Machado)

sábado, 25 de enero de 2020

COMPARTIR PROBLEMAS

Es difícil asumir que, cuando alguien te cuenta un problema, no se esté quejando y, a la vez, no esté descargando en ti parte de ese problema. Soy tan iluso que creo que esa persona CONFÍA en esa otra a la que cuenta su problema. Pero la vida es como es y muy pocos asumen eso de este modo, por lo que lo mejor, parece ser, es quedarse uno con el problema.

Es difícil, por otra parte, hacer comprensible en su amplitud un problema personal, requiere de muchas explicaciones y eso… suele enredar el problema o hacerlo aún más difícil de interpretar, por lo que propongo que se haga lo mismo que con los errores: reconocer que tienes un problema (aunque eso cueste indagar e ir más allá de los propios conocimientos), admitirlo (lo que no es tan fácil como puede parecer), aprender algo de él y tratar de OLVIDARLO, esto es, intentar vivir como si ese problema no existiera (lo que tampoco es nada que se pueda conseguir en un día o dos).




Mientras, no hay más mano que la fantasía, evadirse de la realidad, quizá porque, según la experiencia, es el único modo de acercarse a la realidad sin mucho daño, sin pesimismo, sin demasiado dolor.

viernes, 24 de enero de 2020

LA PESADEZ DE LOS MANTRAS

Cada día estoy más firmemente convencido que cuando alguien adopta ciegamente una religión (la que sea, no me quiero referir ahora al fundamentalismo islámico), un sistema político (tanto da también si es de derechas, de izquierdas o si vuela bajo) un dogma… y lo hace sin raciocinio, sino solo por sentimiento visceral … ese alguien se convierte en un autómata incapaz de razonar, de aprender o de crecer (personal e intelectualmente).



A partir de ese momento rompe amarras con el mundo, entiéndase, con el resto del mundo que YA no es el suyo, con las personas que no piensan como él, porque las considera inferiores o incapaces de llegar al dogma que ellos ven como única luz para alumbrar y entender el mundo, con el conocimiento que no refuerza sus creencias, incluso con los datos que no se ajustan o no refuerzan su creencia, con la razón, pues no hay nada que pueda formar parte ya de su bagaje intelectual….


Y, a pesar de todo ello, persisten en su dogma, intentan convencer a los demás y retuercen cualquier idea para que se adapte a lo “suyo” y para replicar a cualquier idea o razonamiento que pueda estar fuera de su “esfera”.

jueves, 23 de enero de 2020

LUCHAR HASTA CONTRA LA ESPERANZA

NO TE RINDAS

No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos,
liberar el lastre,
retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros
y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda,
y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños.



Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero,
porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
quitar los cerrojos,

abandonar las murallas que te protegieron,
vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa,
ensayar un canto,
bajar la guardia y extender las manos
desplegar las alas

e intentar de nuevo
celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento.

Aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños.
Porque cada día es un comienzo nuevo,
porque ésta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.


“No te rindas” de Mario Benedetti

miércoles, 22 de enero de 2020

ENCAJAR LAS COSAS DE LA VIDA

A lo largo de nuestros discurrir por el tiempo y el espacio nos van aconteciendo multitud de experiencias, unas que nos vienen del entorno y otras que emanan de nuestras propias decisiones.

Seleccionar cuáles de todas ellas son las buenas o no nos convienen es tarea nada fácil. Ha de haber un incidente importante en nuestra vida para que veamos qué cosas de todas ellas encajan en nosotros, en lo que somos o queremos ser. Ese día valoraremos lo que nos es importante y lo que es mejor olvidar y merece la pena dejarlo a lo largo del camino, pero fuera de nosotros.



Ese día, fruto de la eclosión de esa crisis provocada por ese incidente que decíamos, comprobaremos que no nos debe importar nada lo que otros piensen y digan, sino lo que yo mismo pienso de mi.

Habremos de examinar el pasado, saber dónde hemos legado, qué cosas hemos superado por más que creyéramos que todo iba a tan mal que nunca nos recuperaríamos.


Ese día nos sentimos orgullosos de nosotros mismos, por mal que nos encontremos y podremos examinar con realismo la persona en que las crisis nos han convertido. 

martes, 21 de enero de 2020

PACIENCIA

Nuestro diccionario dice que la PACIENCIA es: La capacidad de sufrir y tolerar desgracias y adversidades o cosas molestas u ofensivas, con fortaleza, sin quejarse ni rebelarse y también la calma o tranquilidad para esperar.

Es saber esperar, parece, o sea algo que se apoya o sostiene la esperanza. Parece ser muy importante porque las recomiendan todos, pero no hay farmacia que las dispense. No es el momento de entrar ni en profundidades científicas o paracientíficas ni en disquisiciones. No me apetece, pero sé algunas cosas de las que quiero dejar constancia.



La vida puede ser complicada, dolorosa  y llena de altibajos (de hecho así es en realidad)

Hay días en que incluso levantarse de la cama es difícil…. Pero, ¿tú sabes lo que pasa?.  Resulta que siempre tendrás otros días, otra personas,  otros tiempos y otras historias que hacen que valga la pena (o nos lo creamos).

Siempre será un nuevo comienzo, nuevas oportunidades y las sorpresas las coincidencias y encuentros pueden cambiarnos todo.

lunes, 20 de enero de 2020

SENSACIONES Y EXPRESIONES

SENSACIONES


CUANDO me miro no me percibo.
Tengo tanto la manía de sentir
que me extravío a veces al salir
de las propias sensaciones que recibo.
El aire que respiro, este licor que bebo
pertenecen a mi modo de existir,
y nunca sé como he de concluir
las sensaciones que a mi pesar concibo.
Ni nunca, propiamente, reparé
si en verdad siento lo que siento. Yo
¿seré tal cual como me parezco? ¿seré
tal cual como me juzgo verdaderamente?
También ante las sensaciones soy un poco ateo,
ni sé bien si soy yo quien en mí siente.




EXPRESIONES

UNA CARTA DE AMOR

Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo

como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,

todo eso es tan poco
yo lo quiero de vos porque te quiero.

Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,

y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.


domingo, 19 de enero de 2020

NUESTRO RÍO VA AL MAR

El 2 de enero de este recién estrenado 2020, la amiga Elemental Querido Watson recogía un texto de Gilbran, a través del que felicitaba el año a sus lectores.

Yo quiero recogerlo aquí, aunque compartamos algunos de los lectores. Es un modo de explicar a Elemental que considero su elección muy acertada y de ayudarme a decir algunas cosas que me hubiera gustado decir de mi “puño y letra”.



El texto se titula NUESTRO OCÉANO POSIBLE  y dice así

“Dicen que antes de un río entrar en el mar, tiembla de miedo. Mira para atrás, para todo el día recorrido, para las cumbres y las montañas, para el largo y sinuoso camino que atravesó entre selvas y pueblos y ve hacia adelante un océano tan extenso, que entrar en él es nada más que desaparecer para siempre. 

Pero no existe otra manera. El río no puede volver. Nadie puede volver. Volver es imposible en la existencia. 

El río precisa arriesgarse y entrar al océano. Solamente al entrar en él el miedo desaparecerá, porque apenas en ese momento, sabrá que no se trata de desaparecer en él, sino volverse océano.”

Khalil Gilbran.


sábado, 18 de enero de 2020

PROBLEMA A RESOLVER

Advertencia : 

Ten en cuenta que no hay trampas, no hay cosas escondidas, todo está a la  vista. Algo más: si no  conoces el ejemplo, permíteme una sugerencia: Trata de pensarlo sólo  porque vale la pena. En particular, porque demuestra que lo que crees  sobre ti mismo a lo mejor no es tan cierto. O, en todo caso, es incompleto.

ARGUMENTO: Antonio, padre de  Roberto, un niño de 8 años, sale conduciendo desde su casa en  Madrid y se dirige rumbo a Valencia. Roberto, va con  él.

En el camino se  produce un terrible accidente. Un camión, que venía de frente, se sale de la autopista y embiste de frente al auto de Antonio. El impacto mata  instantáneamente a Antonio, pero Roberto sigue con vida.

Una ambulancia de Valencia llega casi de inmediato, advertida por quienes fueron ocasionales  testigos, y el niño es trasladado al hospital. No llega bien, los  médicos de guardia comienzan a tratar al niño con mucha dedicación pero,  luego de intercambiar opiniones y estabilizarle las condiciones  vitales, deciden que no pueden resolver el  problema de Roberto. Necesitan consultar. Además, advierten  el riesgo de trasladar al niño y, por eso, deciden dejarlo internado  allí, en Valencia.

Luego de las consultas pertinentes, se comunican  con el Hospital de Niños de Madrid y finalmente conversan con una  eminencia en el tema a quien ponen en conocimiento de lo ocurrido. Como  todos concuerdan que lo mejor es dejar a Roberto en Valencia, la  eminencia decide viajar directamente desde Madrid hacia allá.  Y lo hace.
Los médicos del lugar  le presentan el caso y esperan ansiosos su opinión. Finalmente, uno  de ellos es el primero en hablar: '¿Está usted en condiciones de  tratar al niño?', pregunta con un hilo de voz.
Y obtiene la siguiente  respuesta:
- '¡Cómo no lo voy a  tratar si es mi hijo!'.

Bien, hasta aquí, la  historia. Está en ti el tratar de pensar una manera de que tenga  sentido. Como no compartimos la habitación, o donde sea que estés, te insisto en que no hay trampas, no hay nada oculto. Y antes  de que leas la solución, quiero agregar algunos datos: 
       
       a *) Antonio no es el  padrastro. *
       b *) Antonio no es  cura. _

   
    

AHORA SÍ, TE DEJO EN  COMPAÑÍA DE TU IMAGINACIÓN. ESO SÍ, TE SUGIERO QUE LEAS OTRA VEZ LA  DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA Y, CRÉEME, ES MUY, MUY SENCILLO 

       
     *Solución *

Lo notable de este  problema es lo sencillo de la respuesta.
Peor aún: no bien la  leas, si es que no pudiste resolverlo, te vas a dar cabezazos contra  la pared pensando, ¿cómo puede ser posible que no se me hubiera  ocurrido? La solución es que la eminencia de la que se habla, es la  madre. Este punto es clave en toda la discusión del problema. Como se advierte (si quieres vuelve y relee todo), nunca se hace mención al  sexo de la eminencia. En ninguna parte.

Pero nosotros tenemos  tan interiorizado que las eminencias tienen que ser hombres que no podemos  pensarla mujer.

Y esto va mucho más allá de que puestos ante la disyuntiva explícita de decidir si una eminencia puede o no puede ser una mujer, creo que ninguno de nosotros dudaría en aceptar la posibilidad tanto en una mujer como en un hombre. Sin embargo, en este  caso, falla. No siempre se obtiene esa respuesta. Más aún: hay muchas  mujeres que no pueden resolver el problema y cuando conocen la solución se  sienten atrapadas por la misma conducta machista que condenan.


En fin, creo que es un  ejercicio muy interesante para analizar nuestras propias complicaciones y  laberintos  internos.

viernes, 17 de enero de 2020

EN PAZ




Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que si extraje la miel o a hiel e las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.

…Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡ mas tú no me dijiste que mayo fuera eterno !

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tú solo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas…

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!


(Amado Nervo)

jueves, 16 de enero de 2020

EL ESPACIO Y EL TIEMPO

A veces el camino por el que discurre nuestra vida, sin dejar de ser escarpado y difícil, se estrecha sin darnos posibilidad de apartarnos de él y, a veces, ni de avanzar sin rozarnos. 

Eso hace aún más difícil el paso del tiempo, el caminar por él. es como si aquello que rige el destino, si es que lo hay, nos quisiera dar sorpresas (siempre desagradables) para mantener el desencanto por nuestro deambular vital o para darnos aún más variables para mantenernos en eterna guardia o para que dejemos de mirar los ya encogidos límites de nuestras posibilidades.

La realidad, así, se aleja aún más de nosotros y nos acaba pareciendo solo un espejismo, porque el desencanto nos aprieta a la vez que lo hace el camino.

Aún así hay que pensar que:

HOY ES EL PRIMER DÍA DEL RESTO DE LA VIDA



LXIX

Hoy buscarás en vano
a tu dolor consuelo. 
Lleváronse tus hadas
el lino de tus sueños.

Está la fuente muda,
y está marchito el huerto.
Hoy sólo quedan lágrimas
para llorar. 

No hay que llorar, ¡silencio! 


A. Machado

miércoles, 15 de enero de 2020

DONDE HABITE EL OLVIDO




Donde habite el olvido,
en los vastos jardines sin aurora;
donde yo sólo sea
memoria de una piedra sepultada entre ortigas
sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
no esconda como acero
en mi pecho su ala,
sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
sometiendo a otra vida su vida,
sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
disuelto en niebla, ausencia,
ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.


LUIS CERNUDA (Ver)