domingo, 30 de septiembre de 2018

LA INEPTOCRACIA

LA INEPTOCRACIA

Me ha hecho gracia la palabra, inventada por el francés Jean d’Ormesson, para describir a la democracia que impera en estos momentos. De ahí que quiera trasladarla aquí, al menos como motivo de reflexión.




“La ineptocracia es el sistema de gobierno en el que los menos preparados para gobernar son elegidos por los menos preparados para producir y los menos preparados para procurarse su sustento son regalados con bienes y servicios pagados con los impuestos confirmatorios sobre el trabajo y riqueza de unos productores en número descendente, todo ello promovido por una izquierda populista y demagoga que predica teorías, que sabe que han fracasado allí donde se han aplicado, a unas personas que sabe que son idiotas”.

sábado, 29 de septiembre de 2018

VIVIR AL DÍA

VIVIR AL DÍA
A veces no queda otra que vivir el hoy, vivir al día, procurando que no nos agobie el peso del pasado o la ansiedad por el mañana.
Para ello hay que realizar algunos cambios, adoptar algunas nuevas conductas, por ejemplo que te deje de importar si te escriben o no, si se preocupan por ti o no, si les importa saber cómo estás. A veces hay que tragar, incluso que entre mejor te has comportado con algunas personas, peor se portan contigo. Quizá porque, muchas veces, la mayor distancia entre las personas se asienta en malentendidos y no nos preocupamos por deshacerlos, porque las explicaciones suelen provocar efectos no deseados y adoptamos por no hacerlas, por no darlas.


No es fácil cambiar la cadena del tiempo, la amargura de la nueva situación, la desesperación que emerge de ella, la ansiedad o la impotencia que produce la traición y la miseria de la vida.
Hay que dejar de exigir nada al mundo o a las personas, a la vez que dejar de buscar nada, esperar nada… Y dejar todas las expectativas duele.

Pero no podemos volver atrás tampoco ni empezar de nuevo, como no podemos luchar por crear un nuevo final cuando le tenemos prescrito. Pero siempre podemos estar EN PAZ.

viernes, 28 de septiembre de 2018

SUEÑOS DIALOGADOS

SUEÑOS DIALOGADOS

El 7 de enero de 2009 y en otro lugar muy especial dejaba constancia de este poema de Machado, “Los sueños dialogados”. En aquel momento era un grito al diálogo, al pacto, a la comunicación, a deshacer malentendidos…
Hoy vuelvo al poema, pero en otra situación y, por lo mismo, con otras intenciones. Han pasado más de 9 años y es normal que sea así. aunque ya por entonces era consciente del proceso en el que sigo.
Hoy, por esas cosas que digo y las que se esconden detrás, cada verso tiene otro significado. Efectivamente la soledad es mi sola compañía (que entonces quería solucionar y hoy asumo como algo que forma parte de mi, como inevitable, incluso normal). 
Hoy sigo buscando la mirada, pero parece que no es necesaria ni la comprensión, ni lo es el diálogo o la comunicación. Ni busco ni espero nada si no es encontrarme en el recuerdo, en mi recuerdo, porque hoy dialogo con mis sueños.

¡Oh soledad, mi sola compañía,
oh musa del portento, que el vocablo
diste a mi voz que nunca te pedía!, responde a mi pregunta: ¿con quién hablo? Ausente de ruidosa mascarada,
divierto mi tristeza sin amigo,
contigo, dueña de la faz velada,
siempre velada al dialogar conmigo.
Hoy pienso: este que soy será quien sea; no es ya mi grave enigma este semblante que en el íntimo espejo se recrea,
sino el misterio de tu voz amante. Descúbreme tu rostro, que yo vea
fijos en mí tus ojos de diamante. 

Machado, A.  (los sueños dialogados, IV) 

jueves, 27 de septiembre de 2018

CADA NUEVO DÍA

CADA NUEVO DÍA

Cada mañana soy consciente de que estoy naciendo de nuevo. La noche marcó lo que ya es historia para mi y me sigue dando la oportunidad de enfrentarme a un nuevo día, que, si no pasa nada, será muy parecido al de ayer (ese que ya está borrado) y con el que me habré de ganar el de mañana (que es pura quimera, pues aún no existe).

Esté como esté, siempre “estoy bien”, porque me aterra entrar en detalles o responder a cuestiones que no me gusta contestar ni narrar.


A pesar de eso sé que en este día sigo siendo aquello que han ido dejando las heridas recibidas, las decisiones tomadas, las oportunidades no asumidas. Sigo siendo lo que he podido aprender y he querido ser y, también, lo que la vida ha ido haciendo conmigo. Lógicamente también sé que no soy el de ayer, porque el daño, el dolor, el vacío, la incertidumbre… de cada día me van haciendo de una forma diferente, por más que cada día esté naciendo de nuevo.

Como “El Principito” he aprendido que:


 “con el tiempo uno se da cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estaba viviendo justo en ese único instante”.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

PENSANDO EN EL FUTURO

PENSANDO EN EL FUTURO

Estos días hemos hecho muchas referencias al pasado, pues, en nuestra concepción, eran fechas de reflexionar sobre él, antes de plantearse el futuro.

Pero es hora de comenzar a prepararse para lo que puede venir, son también días propicios para hacerlo o, mejor, para tener la valentía de hacerlo aunque sea a una escala pequeña, mínima, pues las circunstancias no dan para grandes proyectos. Pero eso no puede impedirnos el estar preparados, el poder mirar hacia adelante.

He acudido a Julio Cortázar, escritor que me enseñó a leer y querer a Edgar Alan Poe y a él mismo, quizá porque su escritura estaba llena de pensamientos internos a la vez que de visiones de fuera, mezclando ambos elementos de un modo difícil de superar.

No dice todo lo que yo quisiera, ni como yo quisiera, pero es un buen comienzo para reflexionar sobre lo por venir.


"El futuro"

Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle,
en el murmullo que brota de noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia
los completos de los subtes,
ni en los libros prestados
ni en el hasta mañana.

No estarás en mis sueños,
en el destino original
de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes
o una blusa.

Me enojaré amor mío,
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré las cosas que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel
donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles
y de puentes.

  No estarás para nada,
no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente
trata de acordarse de ti.


Julio Cortázar

martes, 25 de septiembre de 2018

AL HILO DE MIS PENSAMIENTOS

AL HILO DE MIS  PENSAMIENTOS

A veces, quizá demasiadas veces, uno descubre sus vivencias a través de pequeñas ráfagas, que pueden ser imágenes o palabras, y no sabe cómo sacar de ellas pensamientos encadenados o más literatura que el propio fogonazo.

No me resistiré, ni hoy ni creo que nunca, a dar salida a esos rayos de luz, aunque provengan de lo más recóndito de mis pensamientos. A mi me sirven para reflexionar y quizá a otros también. En todo caso yo los tomo como un homenaje a aquellas lecturas, lecciones o palabras que me impactaron.

1.Hay momentos en los que miras atrás y no sabes exactamente qué pasó, sólo sabes que, desde que pasó, nada volvió a ser lo mismo.

2.Me dieron la existencia sin consultar conmigo.
Luego aumentó la vida día a día mi asombro.
Me iré sin desearlo, y sin saber la causa
de la llegada mía, mi estancia y mi partida”
.
(Omar Jayam)

3. “El que ama nunca olvida, y si olvida no aborrece, vuelve a querer si quiso, vuelve a querer si se ofrece”. (Jorge Luis Borges)


lunes, 24 de septiembre de 2018

MÁS INTROSPECCIONES

MÁS INTROSPECCIONES

“He aquí mi secreto, que no puede ser más simple:
sólo con el CORAZÓN se puede ver bien; lo esencial
es invisible para los ojos

EL PRINCIPITO (Antoine de Saint-Exupéry)

Cuando no hay más vida que el recuerdo ni más esperanza que el ir ganando tiempo, inevitablemente se mira hacia atrás (donde anidan las vivencias que dejaron esas huellas que llamamos recuerdos). Al hacerlo nos vemos una y otra vez como producto de nuestros errores, de nuestras tristezas y también de nuestros fracasos.

Pero no podemos dejar que nos gane la nostalgia y entremos en depresión. Es aconsejable mirarse en el espejo de hoy (por más que seamos o no conscientes de nuestros cambios físicos) e intentar ver nuestras fortalezas, lo aprendido, la experiencia, la calidad de nuestras fuerzas…y sentirnos orgullosos de todos ello.

No podemos olvidarnos, llegados al momento que sea de nuestro proceso, de lo lejos que hemos llegado, los problemas superados, nuestra insistencia y fuerza de voluntad puestas en juego incluso cuando todo alrededor se concitaba en nuestra contra.


No podemos dejar fuera de la balanza las veces en que estuvimos a punto de darnos por vencidos, pero logramos sobrevivir un día más. Tampoco podemos olvidar el empeño puesto en juego cada mañana para levantarnos y luchar otro día más por lo mismo que ayer y por lo mismo que habremos de luchar mañana.

domingo, 23 de septiembre de 2018

REMEMORANDO INTIMIDADES

REMEMORANDO INTIMIDADES

Con la enfermedad y el encierro uno aprende muchas cosas y no todas buenas. La más dura para mi es comprobar que la amistad se acaba, cosa que descubres al comprobar que EL AMIGO eras solo tu. Ayer mismo tuve una durísima e inesperada lección al respecto, que me acompañará mientras me quede una neurona.

También que, por mucho que nos empeñemos, uno pasa miedo al notar como todo a tu alrededor se diluye y vas llegando al final, pero también que de ese miedo se puede extraer fuerza (no hay otro remedio, quizá)

Las dudas se acumulan en la mente. Son dudas globales, que abarcan toda la vida y totales, pues se duda de todo lo que se ha vivido, pero sin dudas, ¿como tener certezas?. Solo existe el problema de comprobarlas.



Esas cosas hacen que uno se apoye en sueños para intentar otra vida posible, aun sabiendo que esos sueños son sólo humo o una sordina ante la realidad.

Como decía Gabriel García Márquez: “la vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”. Eso justifica los sueños, creo yo, en circunstancias así, porque, entre otras cosas, he de asumir que llegado aquí, después de mis peripecias hospitalarias y de mi convivencia con mis “males” biológicos, algunos con un final claro dado que te llevan al otro lado, a otra dimensión en el 100% de los casos, no soy ya la  misma persona que era antes.


Uno diría a sus amigos algo que dejó anotado Cortázar: “Si me ves por alguno de tus pensamientos, abrázame que te extraño”, porque uno necesita también sentir a alguien más, algo más.

sábado, 22 de septiembre de 2018

LAS PALABRAS PROPIAS


LAS PALABRAS PROPIAS

Hace días que tomé nota de estas “palabras” de Dani Izquierdo Clavero, con quien comparto espacio en Facebook y me gustaron tanto que las guardé, pero teniéndolas a mano, para pensar en ellas y para tenerlas disponibles para cuando mi ánimo (o su carencia) y mi emotividad acabaran de darlas sentido. Hoy lo tienen·



  • Las palabras propias son los barbitúricos con los que intentaré, sin dolor, quitarme la vida.
  • Las ajenas, el lavado estomacal que intentará (espero) salvármela.
  • La paciencia de los amigos, la querencia familiar, la ambulancia que me llevará (por calles noctámbulas y nostalgias diurnas ) al hospital del sueño: el amor hecho tiempo.
  • El tiempo, el médico que me dará el alta cuando (estando vivo) esté yermo.
  • Mi ex alumnado la paz, el paisaje, la ancha libertad: la otra orilla del eco.
  • El eco, el uroboro: animal de regreso.
  • Las palabras propias serán lo que son ahora: vodka insomne, por fuera; por dentro, veneno onírico. El cadáver de un ego.

martes, 18 de septiembre de 2018

EL SECRETO DE LA SERENIDAD

EL SECRETO DE LA SERENIDAD

Un día un alumno le preguntó a su maestro cuál era el secreto de su imperturbable serenidad, a lo que este respondió: 
- Cooperar incondicionalmente con lo inevitable.
- Explíquese maestro - dijo todavía confuso su joven alumno.

- La vida nos enfrenta todo el tiempo a situaciones impredecibles, que a veces ni los más experimentados pronosticadores pueden anticipar.

En general estas son situaciones que no queremos, y ahí es donde se origina el sufrimiento y donde se perturba el alma. Es en el momento que no aceptamos lo que nos pasa cuando comenzamos a sufrir el desgaste emocional y el sufrimiento que esto conlleva. La pérdida de personas queridas, una pérdida económica o una ruptura sentimental son claros ejemplos del origen del sufrimiento.


En todas las situaciones, nuestra mente se resiste a aceptarlo, ¿qué paso?  Nuestro ego perdió el control. Aceptar los hechos que “creemos” que no podemos controlar es parte de elevar nuestra energía y aprender que la aceptación, no debe ser resignación. Aceptar es interpretar que es parte de la vida tener momentos duros que nos llevan a aprender algo.
Cuando más rápido nos adaptamos a una circunstancia menos sufrimos, no hablamos de ser indiferentes, o que nos resignemos como ovejas.

Aceptar significa no resistirnos desde nuestro interior. Entender que cada situación tiene una explicación, que todas las cosas pasan por un "por qué" y dentro del mediano o largo plazo son siempre a nuestro favor. Es parte de comprender que la vida no te coloca situaciones para castigarte, sino para aprender algo, entender, crecer y luego seguir avanzando. Pero esto requiere que primero aceptes lo que te sucede. 

Esto es una actitud de madurez, de crecimiento espiritual y humano. Un refrán dice “Dios sabe cómo hace sus cosas” y está referido a que en general las cosas que nos ocurren no son cuando nosotros queremos sino cuando es el momento indicado. Esos momentos rara vez ocurren automáticamente y a nuestro antojo, pero si analizas tus circunstancias en retrospectiva, deberás reconocer, luego de cada mal momento y con una mente clara, el beneficio final de todos los acontecimientos.

No sufras, acepta, coopera con lo inevitable y la sabiduría llegará a ti para que puedas entender, aprender y adaptarte a lo nuevo. Todo tiene una razón de ser, solo con paciencia y mirando hacia atrás vas a poder comprenderlo todo. 


Recopilación de Ignacio de León

lunes, 17 de septiembre de 2018

LOS DADOS ETERNOS

LOS DARDOS ETERNOS

Creo que todos tenemos algunas de nuestras zonas afectivas “tocadas” por “dardos” que, la postre, provocan un dolor eterno, un malestar o bienestar, según los casos, aunque sean los menos, que se vienen repitiendo eternamente en cada uno de nosotros.

Corresponden a vivencias, experiencias o sentimientos que forman parte de nosotros y que, llegado el momento, por la razón que sea o porque es imposible acumular más, se muestran con más crudeza.

A esos “dardos” quiero referirme hoy a través de las palabras de César Vallejo, tal como lo muestra en 
“Los dados eternos” poema incluido en el libro, ya mítico, Los heraldos negros , publicado en 1919.


Los dados eternos

Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
me pesa haber tomádote tu pan;
pero este pobre barro pensativo
no es costra fermentada en tu costado:
¡tú no tienes Marías que se van!
Dios mío, si tú hubieras sido hombre,
hoy supieras ser Dios;
pero tú, que estuviste siempre bien,
no sientes nada de tu creación.
Y el hombre sí te sufre: ¡el Dios es él!
Hoy que en mis ojos brujos hay candelas,
como en un condenado,
Dios mío, prenderás todas tus velas,
y jugaremos con el viejo dado…
Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte
del universo todo,
surgirán las ojeras de la Muerte,
como dos ases fúnebres de lodo.
Dios mío, y esta noche sorda, oscura,
ya no podrás jugar, porque la Tierra
es un dado roído y ya redondo
a fuerza de rodar a la aventura,
que no puede parar sino en un hueco,
en el hueco de inmensa sepultura.


Tomado de “Los mejores poemas

domingo, 16 de septiembre de 2018

EL ÁRBOL QUE PERDIÓ SU INFANCIA

EL ÁRBOL QUE PERDIÓ SU INFANCIA

Pinto era un pino de Oregón, que desde pequeño soñaba con ser grande. Su especie llegaba a alcanzar los sesenta metros. Le habían dicho que la vista desde las grandes alturas era maravillosa.

Sus amigos le mostraban distintas bellezas de la naturaleza, desde pequeñas plantas, flores,  insectos, grandes animales y hasta personas, pero no les prestaba atención; iba creciendo y siempre sucedía lo mismo, lo único que le interesaba era lograr una gran altura.


Cuando creció, confirmó que el panorama desde tan alto era espectacular.

En las conversaciones con sus amigos, escuchaba cosas muy extrañas para él, hablaban de chicos jugando a la pelota, de perros corriendo, de abejas que se posaban sobre las flores, y cantidades de comentarios sobre seres que no llegaba a distinguir desde allá arriba.

Pero ya no pudo bajar para conocerlos, se los había perdido mientras esperaba llegar bien alto.


Cuento corto del escritor argentino Gustavo Fingier.

sábado, 15 de septiembre de 2018

¿VALES LO QUE TIENES?

¿VALES LO QUE TIENES?

Felipe era un hombre humilde, que trabajaba en su pequeña herrería.

En su pueblo era marginado por su situación social.

Cansado de los desprecios, un día confió a su amigo Pedro, con la condición de que guardara muy bien su secreto, que había heredado una gran fortuna, que seguía con la herrería porque le gustaba el trabajo, y que nadie debía enterarse de su herencia puesto que todos recurrirían a él por su dinero.
Pedro esa misma noche se lo comentó a su esposa, pidiéndole antes discreción.


En pocos días todo el pueblo lo sabía, pero nadie decía nada porque era un secreto.

Felipe comenzó a ser invitado a las fiestas del pueblo, pero se negaba a concurrir. Finalmente, por pedido de un grupo representativo y del propio Alcalde, comenzó a participar de las distintas reuniones.

La forma en que era tratado distaba mucho del que recibía el humilde herrero.

Más tarde fue elegido para integrar el Consejo del pueblo.
El Banco le dio un préstamo para modernizar su taller sin pedirle garantías. Cada vez tenía más trabajo y con su vida sencilla, llegó a ser una persona adinerada.

Con el tiempo se hizo tan importante, que se convirtió en Alcalde. Un día, en una conversación entre amigos, con las personalidades más importantes del pueblo, uno de ellos se animó y le confesó:

–Debo ser sincero con vos, todos conocemos tu secreto, sabemos de la fortuna que heredaste.

–En honor a tu sinceridad, les diré la verdad. Nunca existió dicha fortuna.


Cuento corto del escritor argentino Gustavo Fingier.

viernes, 14 de septiembre de 2018

PARA NELSON MANDELA

PARA NELSON MANDELA

Incluso él necesitó consuelo en los difíciles años que pasó en prisión, y este poema de William Ernest Henley fue una de las fuentes que dio fortaleza a su espíritu, mientras luchaba contra el apartheid y por los derechos humanos.

El poema fue escrito en 1875 por el poeta inglés William Ernest Henley (1849–1903). Y no fue un mero ejercicio estético. Era una expresión de su actitud ante las dificultades de la vida. Henley sufrió tuberculosis de niño, tuvo que pasar un año postrado y tuvieron que amputarle una pierna a raíz de la enfermedad. Sin embargo no se hundió, no dejó de seguir adelante y no se rindió. 

De hecho, él inspiró a su amigo Robert Louis Stevenson el inolvidable personaje de Long John Silver en “La Isla del Tesoro”. Y como si fuera poco, su poema "Invictus" ayudó a Nelson Mandela a soportar 27 años de cautiverio.  

Uno de los grandes líderes del mundo que con su vida nos ha dejado uno de los mejores ejemplos de lo que significa la lucha por la libertad, la igualdad, y la justicia.

Hoy lo hago servir yo: 

“Invictus”

En la noche que me envuelve,
negra, como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere
por mi alma inconquistable.

 En las garras de las circunstancias
no he gemido, ni llorado.

 Ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado, jamás me he postrado.

 Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror.

 No obstante, la amenaza de los años me halla,
y me hallará, sin temor.

 Ya no importa cuan recto haya sido el camino,
ni cuantos castigos lleve a la espalda:

 Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma...

Willian Ernts Henley