sábado, 30 de mayo de 2020

NOS EQUIVOCAMOS

Muchas experiencias nos van diciendo que nos equivocamos cuando nos guardamos dentro de nosotros todo lo que nos acongoja.

Creemos que sacándolo haremos daño a los demás y que no están los amigos o conocidos para tristezas o sinsabores (seguramente tienen suficiente con los suyos).

En algunos casos es así, alguna vez lo hemos anotado en ese sentido, pero, después del tiempo, sin más relación que este blog y las redes sociales con el exterior, he de decir, que lo que realmente ocurre es que nos hacemos daño a nosotros mismos acumulando tristezas, sinsabores, dolores y falta de esperanza.

No es que deje de ser verdad lo primero. Tristezas hay para todos, pero lo segundo, aunque cueste reconocerlo para no dejar ver nuestra debilidad, es cierto también.



Guardar nuestros males es acumular frustraciones, rabias, estrés y hacer de nuestra biología un campo de batalla donde pelean las emociones, las esperanzas, los sueños… las fuerzas para vivir.

Posiblemente acabe siendo verdad que lo biológico también viene regido por lo psicológico, aunque también lo sea el hecho de que los conocidos acaben cansados de nuestras quejas.

Difícil dilema para una vida convulsa y para un mal cronificado.

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