Decía Rabrindranath TAGORE en Gitangali:
"¿Cuánto tiempo dura mi viaje y qué largo es mi camino!.
Salí en la carroza del primer albor y caminé a través de los desiertos de los mundos dejando mi rastro por las estrellas infinitas.
La ruta más larga es la que sale más pronto a ti y la más complicada enseñanza no lleva sino a la perfecta sencillez de la melodía.
El viajero tiene que llamar, una tras otra, a todas las puertas extrañas para llegar a la suya, ha de vagar por todos los mundos de afuera si quiere llegar al fin a su santuario interior”.
Pensar en ello me ha llevado a recorrer, una vez más, mi camino, ese que comencé en 2008, después de un hermoso preludio que me dio lo mejor y lo peor que había vivido en el recorrer de mi camino. Al analizar los abatares de ese camino he llamado, creo, a todas las puertas extrañas, tantas como puede haber en cuatro años de encierro, pero no logro aún llegar a mi santuario interior.
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