martes, 3 de diciembre de 2019

EL "EGO" Y EL ORGULO

El EGO (cuya traducción latina directa sería: “yo”) es un término que se me antoja muy difícil de definir. Es más, entre más consultas se realizan más se nos escapa su significado. De todos modos podríamos partir, para lo que interesa aquí, de que es la instancia psíquica a través de la cual cada individuo se reconoce como él mismo y es consciente de su propia identidad. Como consecuencia de lo anterior, media entre la realidad, los ideales y los instintos.
EL ORGULLO por su parte, guardaría relación con el exceso de estimación hacia uno mismo y hacia los propios méritos por los cuales la persona se cree superior a los demás y también con cierto sentimiento de satisfacción hace algo propio.
Pues bien, ambos (que suelen caminar unidos) son un obstáculo insalvable a la hora de tomar decisiones que solucionen problemas personales. Hay personas que prefieren vivir dentro de su orgullo y despreciar a los demás, con lo que no solamente no arreglan nada, sino que impiden hasta el diálogo. EL orgulloso siempre tiene razón y cierra la mente para indagar sobre las posibilidades de solucionar nada que le afecte. De ese modo no entiende nada de lo que le sucede ni acepta un “lo siento” o un “perdón”, ni siquiera una explicación.
El orgulloso, con el EGO hinchado (o viceversa), habla sin escuchar y toma decisiones viscerales, por arrebatos, sin reflexión y basándose solamente en emociones.

El ególatra y orgulloso es difícil de tratar y más aún de llegar con él a un acuerdo.

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